La violencia es culpa de toda la sociedad: Iglesia Católica
Secuestradores, asesinos, instituciones sociales, reliciosas, gubernamentales, son responsables de los crímenes contra jóvenes: IC
Ciudad de México. Los nombres de jóvenes, niños y adultos como Norberto Ronquillo, Leonardo Avendaño, Alexis Flores Flores, Carlos Sinuhé, Miranda Mendoza -reciamente asesinados- y los 43 estudiantes de Ayotzinapa, “entre muchos otros, no sólo son acusación a sus raptores y asesinos, también constituyen un reclamo incisivo a quienes tenemos cualquier responsabilidad en la educación, en la comunicación social o en la promoción de valores.
“Y quienes están al frente de la impartición de justicia –nuestros gobernantes- deben sentirse los primera y mayormente interpelados. Su omisión, descuido o ineficacia tristemente compiten con el dolor causado por la mano criminal”, así lo señaló la Arquidiócesis de México que encabeza el cardenal Carlos Aguiar Retes, de la Iglesia Católica (IC).
En la editorial de este domingo que publica en el semanario Desde la Fe, expuso que “hay palabras que jamás deberían pronunciarse ni escribirse: las que exigen justicia y reclaman verdad”.
Expresó que “es triste y doloroso constatar la magnitud de crímenes y abusos que son consecuencia del corazón humano marcado por el egoísmo, la ambición, el sinsentido. Y ciertamente el dolor y la impotencia aumentan cuando la barbarie campea sin que autoridad alguna ejerza debidamente su responsabilidad”.
Como Iglesia católica, añadió, “–en esta Arquidiócesis y en el mundo entero- estamos conscientes de lo importante que es sumarnos a las condenas del mal, pero quedarnos ahí nos empobrece. Seguimos constatando lo urgente –ahora y siempre- de programas y tareas que le apuesten a la educación y a los valores, seguiremos fortaleciendo la unidad y estabilidad de la familia como fuente y garantía de la renovación del tejido social, continuaremos proponiendo principios firmes y nobles que superen la moda o vayan muy por encima de confusiones pseudo-culturales”.
Indicó que “hay explicaciones sociológicas para la comisión de actos ilícitos que nos ayudan a enfrentar el comportamiento humano criminal, pero jamás debe ser tolerable –¡en absoluto! – que tales razones sirvan de pretexto para resignarnos ni acostumbrarnos al mal”.
La arquidiócesis señaló que “en ocasiones da la impresión de que gobernantes y medios de comunicación, lo mismo que ciudadanos de a pie o expertos de todo tipo, nos vamos habituando y hasta alentamos la conducta criminal; no aplicar con oportunidad y claridad la justicia, dar preferencia a la nota roja, viralizar morbosamente las escenas de cualquier abuso, o dejar los crímenes en mera estadística, son prueba de una injusticia domesticada, del mal social cotidiano que aspira a ser parte del horizonte”.
Expuso que “hemos construido diversos slogans (estribillos) que jamás deberíamos haber siquiera imaginado: ¡No más sangre!, ¡Ya basta!, ¡Ni una más! Todos ellos son un grito desesperado que nunca debió existir, son consecuencia de la impunidad cultivada por décadas y son muestra de la ineficacia de gobernantes con discursos que no aterrizan en la justicia y que no abonan al respeto y la concordia”.
(Con información de La Jornada)