Intermediarios inflan precios de productos agrícolas

Los mayores márgenes de ganancia se los quedan quienes compran al mayoreo, en especial las grandes cadenas de autoservicio

Ciudad de México. Hay productos agrícolas que del campo a la mesa de los consumidores se encarecen casi 500 por ciento. En el camino, intermediarios pagan bajos precios a los productores para posteriormente ofrecer el producto a elevados costos, quedándose con los mayores márgenes de ganancia.

Un reporte del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) denominado Márgenes de comercialización de productos hortofrutícolas y pecuarios, indica que en mayo un alimento básico como el chile jalapeño fue comprado al productor en 4.80 pesos, pero una familia lo compra en 27.72 pesos, una diferencia de 478 por ciento.

En el quinto mes del año el margen aumentó de forma importante, pues en abril la diferencia era de 393 por ciento, pues se adquiría a 5.85 pesos y terminaba en 28.82.

Los mayores márgenes se observan en el canal de intermediarios que compran al mayoreo, donde destacan las grandes cadenas de autoservicio, que compran a un precio bajo en las centrales de abasto, para después ofrecerlos a las familias a uno mucho más elevado.

El GCMA explica que los intermediarios finales enfrentan costos como fletes, almacenaje, empaque y embalaje; además de otros factores sociales como la inseguridad.

Sin embargo, Juan Carlos Anaya, director general del organismo, ha enfatizado en que los campesinos también han enfrentado un encarecimiento en sus costos debido a precios más elevados en insumos para la producción primaria, como por ejemplo agroquímicos, fertilizantes, semillas, maquinaria y energéticos, a lo que se le deben sumar impactos climáticos y de temporalidad.

Desde su punto de vista, gran parte del margen entre el precio que se paga a productores y se vende a consumidores, es producto de la especulación.

Por ejemplo, al analizar todo el camino que sigue el chile desde el campo a la mesa del consumidor, se encuentra que el encarecimiento se da en el momento exacto en el que se oferta en el establecimiento final de los que compran al mayoreo en la central de abasto, pues estos compraron cada kilogramo en 7.60 pesos para inmediatamente ofrecerlo en 27.72, lo que descarta costos de traslado del campo a la ciudad.

Otro caso que llama la atención es el de la cebolla bola, cuyo precio pagado al productor es de 3.20 pesos por kilogramo, mientras a las mesas de las familias llega a un costo de 16.86 pesos; es decir, con una diferencia de 427 por ciento. De igual forma, el mayor encarecimiento se da en el último tramo, pues ahí llega a un precio de 5.88 pesos.

Los ejemplos se dan en prácticamente toda la cadena: en el jitomate saladette el margen de los intermediarios es de 238 por ciento; en el limón es de 256; en el aguacate, 136; en la papa blanca, 164; en la manzana, 193; en la naranja, 237; en el plátano, 215; en la zanahoria, 254; en el huevo, 90; en la chuleta, 47; en el bistec, 24, y en el pollo, sólo 20 por ciento.

(Con información de La Jornada)

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