Haber abandonado la refinación, política fallida
Cuando menos hasta el 2050 el petróleo seguirá siendo el principal insumo para producir combustibles automotrices
Ciudad de México. El negocio de la refinación genera pérdidas económicas millonarias a Petróleos Mexicanos (Pemex), por lo que el Instituto Mexicano de la Competitividad (Imco) recomendó cancelar la refinería Dos Bocas, al argumentar que sólo tiene una probabilidad de éxito de 2%.
Resulta complejo comprender por qué una actividad que en México es un mal negocio representa un nicho de alto valor económico en países como Estados Unidos, donde existen 135 plantas de refinación que producen 18 millones de barriles de combustibles al día y China, que, sin ser una potencia productora de petróleo, refina 13 millones de barriles al día.
México consume alrededor de 700 mil barriles diarios de gasolinas, de los cuales compra en el extranjero poco más de 500 mil. Tiene seis plantas de refinación que operan al 40% de su capacidad, mientras que en Estados Unidos las plantas utilizan el 91% de su capacidad, en promedio.
En el estudio Seguridad energética. Análisis y evaluación del caso de México, elaborado por Víctor Rodríguez Padilla, el especialista señala que el parque de refinación no creció en tres décadas y su operación es altamente deficiente por cuatro razones:
La refinación estaba reservada al Estado, pero el Gobierno destinaba recursos públicos insuficientes para construir nuevas unidades y dar mantenimiento adecuado a las instalaciones ya existentes; esa tendencia continuó aun después de la reforma energética;
Se alimenta a las refinerías con crudos para los que no fueron diseñadas, porque la producción de petróleo ligero es modesta y se prefiere valorizarlo rápidamente en mercado internacional;
No ha sido posible resolver la problemática laboral que es fuente de costos e ineficiencias;
No pocas veces ha sido más barato importar que producir internamente por los altos costos de producción y una política de precios que no refleja los costos del suministro.
Para atender parte de esa problemática y disminuir las importaciones, el Gobierno federal anunció la construcción de una nueva refinería en Dos Bocas, Tabasco, que contempla una inversión de 160 mil millones de pesos, por lo que el Imco realizó un análisis con 30 mil escenarios donde involucra márgenes de refinación, inversión total, tiempo de construcción y gastos operativos.
El análisis concluye que en 98% de los escenarios, el proyecto de inversión en la refinería Dos Bocas, que refinería alrededor de 340 mil barriles de petróleo al día, generaría más costos que beneficios. Es decir, destruiría valor para Pemex, por lo que recomienda cancelar el proyecto y sugiere reasignar los recursos a actividades que incrementen la viabilidad financiera de la empresa productiva del Estado, como la exploración y producción.
Sin embargo, privilegiar la exploración y producción fue la política fallida que llevó al Estado a abandonar la industria de la refinación y originó que México cayera en esa incongruente posición de exportar petróleo crudo para comprarlo refinado, especialmente a Estados Unidos.
Para algunos parece un gasto destinar recursos a una planta refinadora, pero hay que considerar que cuando menos hasta el 2050 el petróleo seguirá siendo el principal insumo para la producción de combustibles automotrices.
Por lo tanto, sería más valioso y útil que México aprenda de las buenas prácticas que llevan a cabo las empresas refinadoras que operan en Estados Unidos y China; que se combatan los índices de corrupción y robo alrededor del negocio de la refinación en México; que se continúe invirtiendo en la modernización del Sistema Nacional de Refinación y que se eleve la capacidad de operación.
(Con información de Forbes México)