Futuro de autos chinos en México sujetos a TMEC y elección en EU
Seis de cada 10 autos que se comercializan en la nación son importados, no sólo del gigante asiático, sino del resto del mundo
Ciudad de México. Las elecciones de Estados Unidos en noviembre y la revisión del T-MEC en 2026 serán dos momentos clave para que se defina una mayor presencia de la industria automotriz china en territorio mexicano, como la instalación de plantas armadoras, consideró Eric Ramírez, director regional en América Latina de Urban Science.
El experto refirió que de acuerdo con datos de los fabricantes de vehículos que se encuentran establecidos en México, seis de cada 10 autos que se comercializan en la nación son importados, no sólo del gigante asiático, sino del resto del mundo.
Comentó que si bien el producto mexicano domina el mercado frente a los vehículos importados por país, en los últimos dos años los autos provenientes de China —que no son exclusivamente de marcas de ese origen, sino en asociación con firmas europeas o estadunidenses—, ocupan la segunda posición como nación de origen, lugar que entre 2016 a 2022 era de India.
En particular, comentó que el gigante asiático estableció una política industrial con la cual permitió la entrada de firmas automotrices estadunidenses a su territorio, pero siempre y cuando la inversión en asociación fuera mayoritariamente de las marcas chinas. Derivado de ello, han florecido alrededor de 300 empresas de ese sector.
Resaltó que este tipo de políticas en China también incentivó a que las marcas desarrollaran en los últimos 30 años sus propios diseños, tecnología propia, aunque ahora está en la siguiente fase: la exportación de productos automotrices.
“Son los líderes mundiales de todos los eléctricos, unos decidieron apostarle a los eléctricos porque no tienen gasolina”, dijo Ramírez.
Destacó que de casi 30 millones de autos que se venden en China, el 69 por ciento son fabricados por marcas de ese país para consumo interno, mientras que las firmas occidentales han perdido terreno en esa nación asiática.
Mencionó que en los catálogos de algunas de las grandes firmas estadunidenses establecidas en México cuentan con productos mayormente importados de China, cuando 8 años atrás el predominio era menor.
El experto destacó que actualmente la importación de autos chinos, fabricados totalmente en ese territorio, a Estados Unidos no es posible, mientras que en México hasta 2023 se encontraban cinco firmas con 49 líneas, un volumen de ventas de 129 mil 329 unidades entre enero y diciembre, que significaron el 9.5 por ciento de participación en el mercado.
Actualmente no se han instalado plantas de fabricación de autos chinos en territorio nacional, pero han surgido voces en Estados Unidos en contra de la importación de unidades.
Ramírez consideró que el avance de la industria automotriz china en la nación dependderá en gran medida de dos momentos: las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre próximo y la revisión sexenal del T-MEC, cuyo corazón es justamente el sector automotriz.
Sobre este último comentó que previo a que se realice la revisión de continuidad del tratado comercial de América del Norte, se irán tocando temas que definan más el futuro de los autos chinos en el país a nivel comercial.
El directivo de Urban Science comentó que las marcas chinas también han buscado asociarse con distribuidoras que ya tienen gran experiencia en el mercado interno de México, por lo que hasta el cierre de 2023 se reportaron 324 distribuidores chinos, que representan el 13 por ciento del mercado.
Ramírez anotó que las marcas chinas no se están enfocando en México en el mercado se compactos y subcompactos, sino en los llamados SUV o vehículos utilitarios deportivos.
Anotó que si bien pueden tener un precio similar al del resto de las marcas occidentales, ofrecen mayor valor, como mejor equipamiento o bien costos más reducidos.
El directivo señaló que la mayor demanda de autos importados de marcas chinas tienen mayor demanda en el norte del país, pero también el el sur-sureste de México por el nivel de poder adquisitivo de la región.
(Con información de La Jornada)