Etiquetado de alimentos y bebidas: mitos y realidades

La prioridad es la protección sanitaria y el bienestar de la población, y en un segundo plano deben quedar los demás intereses

Este jueves entra en vigor la nueva normativa para el etiquetado de alimentos y bebidas procesadas que sanciona a aquellos con altos contenidos de calorías, azúcares, grasas, sodio o que contengan edulcorantes o sustitutos de azúcar no recomendados para infantes.

Sin embargo, desde la industria se han señalado distintos problemas y limitaciones que puede tener, las cuales fueron explicadas o descartadas por especialistas y académicos de la salud, quienes reconocen que la medida que comenzará a surtir efecto este 1 de octubre no acabará inmediatamente con las enfermedades asociadas al consumo excesivo de nutrientes como azúcares y grasas.

“Los principales ataques son que en los primeros 3 meses todavía no ha disminuido la obesidad“, advirtió Ana Larrañaga, miembro de la coalición ContraPESO.

En ese sentido, Israel Ríos, oficial regional de Nutrición para América Latina y el Caribe de la FAO, comentó que con la entrada en vigor del nuevo etiquetado será necesario medir su impacto y los primeros cambios que tendrá, entre los cuales, obvió, no se encuentra un descenso inmediato de las tasas de obesidad en la población.

“¿Qué cosas van a cambiar primero? No esperemos que cambie la obesidad de un día para otro, es un proceso que se instaló en un lapso de tiempo muy largo. Debemos ir con un sistema de vigilancia precisa que nos permita medir de manera sensible cuáles son esos primeros cambios: reducción del consumo, reducción en compras, esos elementos son importantes, cumplimiento de la normativa“, sostuvo.

La presunta caída en las ventas

Una segunda preocupación de parte de la industria con esta medida es la disminución en las ventas. Si bien el sector de consumo se ha visto golpeado con la pandemia, el etiquetado podría reducir aún más las ventas e incluso impactar en los empleos que generan estas empresas. Sin embargo, dicho impacto puede ser relativo, pues en otros países donde se ha aplicado la medida, los portafolios de las marcas se han diversificado con alternativas con menos o incluso sin sellos.

“Los efectos en las industrias, varios argumentos que presentaron como aumento de costos y desempleo cambian rápidamente, ocurren cambios positivos: mejora la oferta de alimentos, disminuye el contenido de azúcar de muchos alimentos, salen productos sin sellos de advertencia, se incrementan los productos saludables“, explicó Ríos.

Además, recordó que si bien los intereses de la industria son importantes, esa política es de promoción de la salud, con lo que su prioridad es la protección sanitaria y el bienestar de la población, y en un segundo plano deben quedar los demás intereses.

“A largo plazo por supuesto apuntamos una generación libre o al menos con menor problema de obesidad y sus consecuencias”, insistió Ríos.

El martes, en conferencia de prensa, el presidente de a Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD), Vicente Yáñez, confió en que las medidas del etiquetado de los alimentos procesados no afecte sus ventas. En tanto que algunas empresas, como Bimbo, anunciaron que no todo su portafolio de productos estaría marcado con el etiquetado. En tanto que Lala anunció que trabajará en la formulación de los productos para adaptarse a la nueva medida.

Confusión de consumidores

Un tercer mito está asociado con las porciones y la confusión que puedan tener los consumidores. La industria ha señalado en repetidas ocasiones que el etiquetado no es claro porque solo ‘mancha’ los alimentos sin explicar por qué son los excesos, además de que los sellos se presentan desde las versiones de menor tamaño de muchos productos considerados como chatarra.

En ese sentido, Fabio Gomes, asesor regional en nutrición y actividad física para las Américas en la OPS, resaltó que por un lado, en la tabla nutrimental se homologan los datos a porciones de 100 gramos para facilitar su comparación, mientras que por otro, no importa el tamaño de la porción, la advertencia se le coloca a los productos por la desproporción de algunos nutrientes como azúcar o grasas, lo que desequilibra la dieta sin importar cuánto se consuma.

“El perfil de nutrientes no está basado en 100g, el perfil de nutrientes está basado en la proporción de calorías que son brindadas por distintos nutrimentos críticos y está diseñado para que en cualquier cantidad que se consuma de este producto, va a desequilibrar la dieta. Estamos hablando de cualquier proporción de consumo, no importa la cantidad, si consumo algo que es 100% azúcar, este producto siempre me va a mover más allá del 100% (recomendado). Va a mover la dieta por encima de los límites por encima de los límites de la OMS”, alertó.

Ríos también destacó que la NOM-051 ofrece un modelo interpretativo lo que facilita su lectura, es decir, que no requiere de hacer cálculos para su entendimiento, y es proporcional: a mayor presencia de sellos, más delicado es su consumo.

Sanciones llegarán más tarde

Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor, resaltó que si bien el nuevo etiquetado estará vigente a partir de este jueves 1 de octubre, las empresas contarán aún con dos meses para agotar inventarios, por lo que formalmente empezará a aplicar la medida y sobre todo las sanciones hasta el próximo 1 de diciembre.

“Se han dado dos meses para que se mueva todo producto en anaquel o bodega que no tenga sello”, señaló.

En cuanto a los personajes de dibujos animados presentes en los productos para llamar la atención de los menores de edad, su desaparición total se prevé para abril de 2021, un año después del anuncio de la medida, pues a diferencia de los sellos que se pueden adherir en los empaques actuales, para quitar estos personajes se requiere de un empaque completamente diferente.

(Con información de Forbes México)

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