CEM pide política migratoria que no tenga ambigüedades
Los indocumentados no vienen por turismo, ni por curiosidad, vienen porque sufrieron violencia, miseria y pobreza”, dijo el organismo
Los obispos mexicanos llamaron al gobierno federal a implementar una política migratoria “sin ambigüedades ni ingenuidad, en pleno respeto a los derechos humanos”.
En el contexto de la 107 asamblea plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), el obispo de Tapachula, Jaime Calderón, destacó que el ofrecimiento de trabajo y otras promesas que se les han hecho a los migrantes “no son tan real”, al menos en Chiapas, pues no se han creado nuevos empleos ni para los ciudadanos.
Agregó que se ha hablado de una política de puertas abiertas, “pero constatamos que no, yo les diría: sería muy bueno tenerlos por allá para ir constatando y nos abre el panorama de cómo están las cosas». Destacó que falta claridad entre las acciones del gobierno estatal y los municipios, pues éstos les “han cerrado la entrada».
“Si no los reciben en las comunidades porque (la autoridad) se los prohíbe les dan campos, literalmente, y hemos sabido que van sobre los campos formados para tomarlos a ellos”, dijo.
Destacó que ante las caravanas de migrantes, la Iglesia católica a través de sus casas para migrantes ha tenido que renovarse para brindarles el apoyo que requieren; sin embargo, “nos hemos sentido rebasados porque es inmensamente necesaria la atención”.
El secretario general de la CEM, Alfonso Miranda Guardiola, dijo que se reunieron con el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, Alejandro Encinas, para expresarle la necesidad de que el plan migratorio esté en línea con los derechos humanos.
Dijo que las 133 casas migrantes que tienen, distribuidas en el sur, centro, noreste y norte del país, “están saturadas”. Muchas de ellas, agregó, “están trabajando al doble de su capacidad, si atendían a 40, ahora están con 80 o más”.
Invitó a los fieles a no discriminar a los migrantes ni a criminalizarlos. “Lamentablemente se levantan campañas que agreden o van contra ellos y no pueden transitar libremente, encontrar trabajos, buscar formas de vida”.
En este sentido, Felipe Arizmendi, responsable de la dimensión episcopal de Doctrina de la Fe, expresó su preocupación por las manifestaciones de rechazo contra los migrantes. Muchas personas, dijo, no quieren al presidente estadunidense Donald Trump, “pero le hacen caso” cuando resalta los “peligros que hay en la migración: que vienen delincuentes y no sé cuánta gente, lo cual es cierto, no hay que ser ingenuo”; sin embargo, dijo que la mayoría “vienen por hambre, por necesidad”.
“No vienen por turismo, ni por curiosidad. Vienen porque sufrieron, sobre todo en Honduras, nos preocupa mucho la situación de ese país de violencia, de miseria y de pobreza”, dijo.
(Con información de La Jornada)
