Agricultura, ganadería y sociedad, víctimas de la sequía
Coahuila volvió a tener este año una afectación en 100% de su territorio, mientras habitantes de Nuevo León buscan agua embotellada
Saltillo, Coahuila. La entidad vive emergencia debido a la falta de lluvias y el calor extremo. Los 38 municipios padecen seguía, principalmente los de las regiones centro y norte, donde se han registrado temperaturas hasta de 50 grados centígrados, de acuerdo con el monitor de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
El estado volvió a tener este año una afectación en 100 por ciento de su territorio; desde hace un trienio no hay precipitaciones efectivas (que se infiltran en el suelo) que ayuden a mejorar las condiciones del campo y la crianza de ganado: están en riesgo 80 mil cabezas de ganado de exportación.
El estiaje ha propiciado también desabasto de agua potable, una disminución en los niveles de los mantos acuíferos, incendios forestales de gran magnitud, pérdida de cosechas de temporal y bajos niveles en las presas de la entidad.
En el Monitor de Sequía de la Conagua de febrero, se señala que Coahuila tuvo afectaciones en 75 por ciento de su territorio, que abarca 16 municipios, y actualmente este problema se padece en las 38 demarcaciones.
Sequía extrema en 12 demarcaciones
En el corte del pasado 31 de mayo, hay siete municipios en la categoría de sequía moderada; 18 en severa, 12 en extrema, y uno en excepcional.
La Secretaría de Desarrollo Rural estatal, a cargo de José Luis Flores Méndez, señala que no se han registrado lluvias de consideración que ayuden a mejorar las condiciones del campo, y precisa que la sequía se extiende de la región sureste al río Bravo. “No hemos tenido lluvia generalizada, hay ‘moteada’ como le llaman, en ciertos puntos específicos, pero es muy poca”, subrayó el funcionario.
Flores Méndez afirmó que están en riesgo 80 mil cabezas de ganado de exportación, la producción prevista para este año debido a que no ha habido recuperación en los agostaderos lo que indica que los animales no llegarán a tener las condiciones y la calidad para el extranjero.
“La gente que administra el rancho debe ir midiendo el porcentaje con pasto y no se puede mantener un nivel óptimo. Por la falta de vegetación, los animales no alcanzarán el peso necesario, será ganado delgado, y en consecuencia, no se podrá matar a tiempo para su exportación”, señaló.
Esta situación ha perjudicado a los pequeños ganaderos, quienes ahora deben pastorear a mayores distancias a sus animales, vacas o chivas, a campo abierto en busca de alimento.
Antaño, el ganado daba para vender productos como leche o sus derivados, sin embargo, actualmente, con que sobrevivan ya es ganancia, comentó Antonio Morales, ejidatario de La Angostura.
Recuerda que antes pastoreaba en la cordillera de la Sierra Madre oriental, pero por la sequía el pasto que comen los animales se ha agotado, por lo que tiene que buscar en otros territorios para que no muera el ganado.
“La situación está muy crítica, todo el año ha estado así, ya nada más tengo 14 chivas y dos vacas, se me murieron de hambre dos vacas en el monte, no hay qué coman ni qué tomen, todo está muy seco”, contó.
Hoy día a don Antonio se le ve en las orillas de la carretera a Zacatecas pastoreando, en busca de zacate o hierba que crece sobre el costado de la vía federal; no obstante, no ha logrado que sus animales recuperen el peso deseado para aprovecharlos en la venta de leche o quesos.
“Así como están no te dan nada; se necesita que tengan buen peso para que den leche, pero no hay alimento, flacas no te dan nada. Con que no se mueran se conforma uno, y pues así andamos caminando a ver que encuentran porque en la sierra no hay nada”, relató.
Es el mismo caso de Hilario González, quien se traslada del ejido Providencia al sur de Saltillo sobre la carretera, para cortar lo que encuentre de pasto y llevarlo a sus animales, ya que en el agostadero no hay que coman y las pacas de alimento rebasan su presupuesto.
“El campo está desolado”
Dice que recorre varios kilómetros a diario en busca de zacate verde o por lo menos no tanto como el que hay en su ejido, para que puedan comer sus vacas. Aunque esto le pueda llevar todo el día, no tiene otra opción, no ha llovido y el campo está desolado.
“Si ves, en toda la orilla de la carretera crece pasto; lo cortamos y se lo damos como alimento a las vacas o caballos porque no hay nada en el rancho. Ha estado muy dura la sequía y los animales se están muriendo”, agrega.
González explicó que quienes se dedican a la siembra no han cosechado nada de temporal porque no ha llovido lo suficiente.
Los hombres de campo y ganaderos esperan un milagro, que la naturaleza se apiade del territorio coahuilense, llueva y se recuperen tanto los mantos acuíferos como los agostaderos. Esperan que si no hay ganancias, al menos no registren pérdidas.
Otro problema que se ha intensificado es la falta de agua en las presas del estado, las cuales se encuentran por debajo de 50 por ciento de su capacidad, ya que no han captado aguas de lluvia que ayuden a mejorar los niveles registrados en años anteriores.
La Conagua reporta que la presa La Amistad está a 26 por ciento de su capacidad; La Fragua, a 24 por ciento, y la Venustiano Carranza, a 15 por ciento.
Las de mayor almacenamiento, que son la presa San Miguel, está a un 45 por ciento, y La Centenario, a 43 por ciento; sin embargo, también muestran déficit ya que a principios del año se encontraban por encima de 50 y 60 por ciento de llenado.
Incluso se han reportado bajos niveles en el río Bravo, debido al fuerte estiaje y a que no se han abierto las compuertas de la presa La Amistad por su pobre nivel de líquido, por lo que en algunas zonas de Acuña y Piedras Negras, el nivel del río apenas y cubre los pies de las personas.
Llegan de NL a surtirse de agua embotellada
La crisis hídrica que sufre el estado vecino de Nuevo León ha comenzado a perjudicar a Coahuila; habitantes de aquella entidad han acudido a ciudades como Ramos Arizpe y Saltillo, para abastecerse de agua, principalmente embotellada.
Comerciantes que distribuyen ese producto en Saltillo reportan que ahora han tenido clientes provenientes de las ciudades de Monterrey, Santa Catarina y García, Nuevo León, que son los municipios más cercanos a la capital coahuilense.
Purificadoras en Saltillo han tenido que destinar un porcentaje de su producción para clientes de Nuevo León, por la alta demanda que se registra en el último mes.
En tanto, el presidente municipal, José María Fraustro Siller, informó que personal del ayuntamiento de Santa Catarina contactó a funcionarios de su administración para ver cómo se les puede ayudar para afrontar el problema de la escasez de agua potable. Refirió que están en pláticas con técnicos de Aguas de Saltillo para ver si los pueden asesorar para el mejoramiento en la distribución del líquido, o incluso se les apoya llevando agua a territorio nuevoleonés. “Si podemos, los vamos a respaldar”, prometió Fraustro Siller.
Explicó que en Saltillo se revisan los niveles del agua en los pozos que abastecen la red pública de la capital, para evitar problemas como los que hoy día se viven en Monterrey; señaló que si bien a la fecha no hay una afectación grave, sí ha habido un cambio en los niveles de los veneros.
A pesar de que foráneos han llegado a Saltillo a comprar agua embotellada, el edil dijo que a la fecha no hay reportes de desabasto del producto. “Hay suficiente, lo hemos platicado también con las cadenas de tiendas de autoservicio, y no tenemos información de que vaya a escasear”.
Pero no sólo la población ha sido afectada por la fuerte sequía, también los bosques han resentido la falta de agua que provoca estrés en la vegetación que cubre el territorio coahuilense; además, aumenta la posibilidad de incendios forestales.
A la fecha, la Secretaría de Medio Ambiente ha documentado 61 conflagraciones forestales que han dañado más de 8 mil hectáreas de vegetación, entre árboles y matorrales.
Reportó que se encuentran activos ocho incendios en el estado; el de mayor afectación se ubica en la Sierra de la Madera, entre CuatroCiénegas y Ocampo; las autoridades lo tienen controlado en 95 por ciento, con una afectación de 2 mil 176 hectáreas.
(Con información de La Jornada)