El extraño caso de la lucha contra covid 19 en México

Morena presume la vacunación, que se paga con las contribuciones de todos los mexicanos, como su principal estrategia para captar votos el 6 de junio

VACUNA.

Al paso que vamos, para justificar el fracaso en el combate a la pandemia. el gobierno de México terminará por decretar como muerte natural, el deceso por Covid-19. La actitud chabacana del paisano presidente y de Hugo López-Gatell respecto al tema así lo deja ver.

El lenguaje corporal de estos personajes muestra indolencia y desinterés, no se ve ni por asomo voluntad de cambiar de estrategia a pesar del lamentable fracaso.

Y para colmo, como una burla a los sentimientos de la nación (usando su propio discurso), en pleno proceso electoral, el gobierno y el partido en el poder, Morena, presumen la vacunación contra el Covid-19, que se paga con las contribuciones de todos los mexicanos, como su principal estrategia para captar votos el 6 de junio.

En esa estaban cuando se contagió el presidente, trance del que los mexicanos esperamos salga bien y pronto.

DOSIS.

No podemos evitar los dolorosos comunicados en redes sociales que lamentan el deceso de algún familiar o amigo, pero si es posible declarar una tregua o un trato informativo diferente sobre el Covid-19 en los medios oficiales y no oficiales para atemperar la peligrosa psicosis colectiva que erosiona la tranquilidad social.

Esos muertos viven en nuestros recuerdos. Sin recuerdos no hay vida después de la muerte. Es más importante recordarlos que contarlos.

Me caerían muy bien, uno, dos, tres días, una semana, sin ver ni oír en cadena nacional a las autoridades sanitarias que con extrema insensibilidad reportan las cifras oficiales de contagios y muertos en ascenso.

RECETA.

“El fracaso en el manejo de la pandemia no fue un error, fue una decisión consciente”, asegura la doctora Laurie Ann Ximénez-Fyvie, jefa de laboratorio de genética molecular de la UNAM, en su libro “Un daño irreparable” en el que describe cómo la ineficiente estrategia contra la pandemia llevó a México al primer lugar de letalidad entre las 20 naciones más afectadas por Covid-19.

La catedrática investigadora, responsabiliza al subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell (y al presidente por supuesto), porque:

“Su incapacidad para rectificar el rumbo no tiene justificación. Esa actitud demuestra no solo soberbia e indolencia, también deja claro que su papel es político y no científico. Aunque es tarde para los que ya partieron y para sus familias en duelo, escribo este libro por todas las vidas que aún pueden y deben ser salvadas”.

CONTRAINDICACIONES.

Las decisiones del gobierno de la 4T sobre la pandemia están plagadas de contradicciones. Por un lado, la publicidad institucional de la Secretaría de Salud federal promueve el “Quédate en casa” y hasta el uso del cubrebocas, y por el otro, empezando por el propio presidente y sus funcionarios, no respetan las normas sanitarias y millones de militantes y simpatizantes morenistas siguen el mal ejemplo.

Lo vimos en Tabasco antes, durante y después de las inundaciones, cómo la Secretaría de Bienestar provocó grandes aglomeraciones para la entrega de apoyos y todos los días, se puede constatar, a las puertas de las oficinas de la delegación, largas y tediosas filas de personas de la tercera edad que acuden a solicitar un servicio.

La anarquía provocada por los malos ejemplos de nuestros gobernantes desde el inicio de la pandemia, las declaraciones absurdas y contradictorias, pero sobre todo la falta de sensibilidad para sopesar el tamaño de la tragedia, han dado como resultado un aumento en contagios y muertes en México y colocado a nuestro país con el índice de letalidad más alto del mundo.

LA CAMINERA.

A esta altura de la crisis sanitaria, en lo personal, estoy totalmente convencido de la peligrosidad del virus y conozco el protocolo y medidas sanitarias a observar en la casa y en la calle.

Desde el momento en que se decretó la primera cuarentena y se establecieron temporalmente medidas estrictas a observar para disminuir la movilidad y las peligrosas aglomeraciones, me puse del lado de la autoridad, pues su papel es imponer medidas para proteger a la población, no salir con la jalada de “prohibido prohibir” descargando toda la responsabilidad en los ciudadanos.

A nuestros gobernantes y funcionarios les pagamos para que tomen decisiones firmes, no para que se hagan patos.
Pordiositosanto.

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