Andrés Manuel, lo político a la choca
CHOCO CHOCANTE. Andrés Manuel aporta a la narrativa política nacional un lenguaje austero, no rebuscado, más tropical, más directo: el lenguaje choco. Para aquellos que por internet nos ubican en alguna parte del país, les comento que choco viene del maya, choko, caliente, persona de raza indígena pura, que en Tabasco actualmente se aplica por parejo a cualquier paisano. No podemos negar que tenemos un presidente electo más choco que el posol, así con s, como lo cita el teapaneco ilustre, Marcos E. Becerra en su “Rectificaciones I adiciones al Diccionario de la Real Academia Española”. Posol es la bebida tabasqueña por excelencia, viene del nahua, posoli, espumoso, bebida de maíz cocido y reventado no muy molido, mezclado con cacao. Pordiositosanto.
PURO TUMBAPATO. Desde siempre, López Obrador ha mantenido su forma de ser y de hablar choco, por eso se ha distinguido de los demás políticos que hablan mucho, rebuscan mucho y dicen poco. Aseguran los expertos en MKT (mecate diría el choco) que, en lo personal, tiene un manejo perfecto de medios. Los que nacimos y crecimos en esta tierra, Macuspana, hablamos regularmente de esa forma chocante que puede escucharse mal porque no atendemos las reglas de ambigüedad que se manejan en la política, somos directos para que cualquier persona nos entienda con el riesgo de sonar ofensivo y temerario. En este sentido deberá tener cuidado Andrés, sin embargo, ha impuesto su estilo y no cambiará, es su sello de identidad.
¡AY MOJO MAISTRO! Recientemente rodeado de reporteros mencionó la palabra “machuchón”, que quiere decir, el mero, mero, el que manda. Ya enderezó algunas frases, deslices y palabras que no entienden los que no son chocos, por ejemplo, ya dice “Vamos a”, en vez de “Vamojá”. Dijo que no necesita mucho espacio en Palacio Nacional, solo lo suficiente para meter un catre y colgar una hamaca, ya no usó el verbo “guindar”. Me preocupa, aunque no mucho, su austeridad que raya en la tacañería y su contrastante generosidad social; en ese sentido puedo citar a varios personajes de nuestro pueblo que hacían gala de ello. Don Manuel Ocaña, comerciante muy duro para gastar, personalmente hacía las compras en el mercado para regatear.
LA CAMINERA. Don Xicoténcatl Romero, el hombre más rico de Macuspana, lo obligaron a pagar guaruras para su protección, entonces, contrató a regañadientes a uno, que al poco tiempo lo puso a trabajar en su ferretería para que no estuviera de balde y desquitara el sueldo. Don Antonio Gular, medio hermano de don Xico, primer comerciante mayorista, hombre afable y generoso, cada diciembre obsequiaba colchas y despensas a personas de escasos recursos, fue, sin proponérselo, el precursor de los programas sociales por estos valles y campamentos. Esta lista continuará. Sea por Dios.
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