Más respeto y menos contaminación auditiva
Nadie está obligado a escuchar el reguetón de los adolescentes, ni los vídeos de superación personal de no sé quién
Ya sé, soy cascarrabias, pero caray ¿acaso la moda es escuchar música o ver vídeos en tu teléfono a todo volumen? No sé si ofenda a alguien, así que diré «con todo respeto», pero considero que es de los más naco estar en un restaurante que tiene música ambiental y llegues con tu cel a todo volumen.
Para eso, señoras y señores de cualquier edad, hay AUDÍFONOS en gran variedad de precios, tamaños, colores y funciones.
Nadie está obligado a escuchar el reguetón de los adolescentes, ni los vídeos de superación personal de no sé quién. Ni los chistes con risas fingidas, tampoco los decretos de buena suerte, los gemidos de vídeos de «broma» o el piano de Richad Clayderman.
Respeto básico, señoras y señores: su derecho a escuchar su música favorita termina donde empieza mi derecho a comer o estar en un lugar libre de contaminación auditiva.
Por un país con respeto al prójimo.