Covid 19, un luto creciente que ignoran las autoridades
No hemos dimensionado que mujeres y hombres de cualquier edad, sanos o con padecimientos diversos, ya no están
Esta noche escuché que Sacrosanta hablaba por teléfono con una amiga. Debo decir que el saludo transcurrió normal, pero empecé a poner atención a la plática cuando mi madre decía insistentemente; «que en paz descanse».
Se quedaba callada unos instantes y decía otra vez, «que en paz descanse», así fue 3, 4, 5 veces. Me bañé, regresé a su recámara y ellas seguían hablando, pero ya de otros temas.
Al colgar le pregunté y me dijo que habían muerto muchas personas conocidas: ex compañeros o excompañeras de trabajo, esposas, esposos, matrimonios, hermanos, hijos e hijas.
Creo que no sabremos la magnitud de la pandemia en nuestro entorno hasta que volvamos a salir -con todas las precauciones- y veamos que nos falta la señora del pan, o el señor de las verduras, o el de la taquería o la mesera que solía atendernos en tal o cual lugar, gente que tal vez no conocíamos de nombre, pero que usualmente saludábamos en nuestra vida diaria.
Me parece que no hemos dimensionado que mujeres y hombres de cualquier edad, sanos o con padecimientos diversos, ya no están o permanecen debatiéndose entre la vida y la muerte. Algunos, sanos y deportistas, han muerto en 2 o 3 días. Otros, adultos mayores, han logrado salir después de semanas, aún falta mucho por saber…
Así seguimos leyendo en los medios cómo aumentan los contagios y los muertos y cómo se saturan los hospitales.
No hemos entendido que nadie nos va a cuidar si no lo hacemos nosotros y que debemos tomar nuestras propias medidas y seguirlas por nuestro bien y el de nuestras familias.
Que Dios nos ayude, por que las autoridades dicen algo hoy y se desdicen mañana.
¡Buenas noches!