No todas las guerras son con armas, pero sí, catastróficas
La guerra emprendida por el presidente de Estados Unidos de América contra México, incluyen de entrada la industria automotriz cuyo valor oscila en 78 mil millones de dólares y las remesas que alcanzaron 24 mil millones de dólares.
Las presiones del presidente Donald Trump a los fabricantes de autos ya significaron la pérdida de varios miles de millones de dólares y miles de empleos. La afectación de las remesas significaría una disminución de la entrada de divisas y del ingreso de miles de familias.
Pero el mayor peligro, sin embargo, lo representa la cuestión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) donde las exportaciones de Estados Unidos hacia México fueron de 186 mil 802 millones de dólares según el gobierno mexicano, siendo la mayor parte productos tecnológicos y petróleo.
Por su parte, las ventas de México a su vecino ascendieron a 319,333.6 millones de dólares, un 83.4% del total de las exportaciones mexicanas. Lo que significa un déficit de 132 mil 531 millones de dólares en contra Estados Unidos.
Es decir, lo que está en juego son cientos de miles de millones de dólares, eso es lo que motiva la agresión frontal de Donald Trump hacia México, quiere revertir ese déficit. Lo que acabaría sumiendo a los mexicanos en una crisis económica sin precedente.
El problema, es que el presidente Enrique Peña Nieto carece de valor y al igual que Moctezuma ante la llegada de los españoles manda a su embajador para ofrecerle el reino sin pelear, sin ningún plan para afrontar el conflicto. Ya está derrotado antes de empezar.
Argentina y Cuba son dos claros ejemplos de lo que las batallas económicas pueden hacerle a un país.
Las alternativas para México están disponibles si en lugar de vender 8 de cada diez productos a EU se vendieran a Europa, Asia o América Latina, por mencionar algunas opciones.
Infortunadamente, el gobierno estadounidense no se tentaría el corazón para generar la desestabilización social y política en el país a través de sus organismos de inteligencia. Hay que prepararse para lo que viene, la guerra ya empezó.
