Los tres mosqueteros y los otros tres aspirantes a D’Artagnan
El panorama para elegir al próximo presidente de México el 1 de julio de 2018 está definido de manera muy clara para el electorado aunque los medios de comunicación tratarán de revolver todo y confundir a los ciudadanos con los presuntos tres candidatos que lideran las alianzas y tres aspirantes más que se dicen independientes.
Cada mexicano tiene la oportunidad de decidir si quiere más de lo mismo es decir más corrupción, más impunidad, más violencia, más inflación, menos empleos bien pagados, menos salud, menos educación o prefiere un cambio significativo.
Ese cambio real que permita a las familias tener mayor seguridad, mejores empleos y bien pagados, mejores servicios de salud y acceso a una mejor educación, un freno a la corrupción y castigo para los delincuentes comunes u organizados, corrientes o de cuello blanco.
El sistema político corrupto tiene cinco candidatos en este momento y sólo uno ha demostrado estar a favor de un cambio de fondo que permita el crecimiento de México a tasas más altas con una justa distribución de la riqueza que se genera, a favor de la mayoría de los mexicanos y no de una élite política y económica.
El joven Ricardo Anaya Cortés (PAN) ha intentado mostrarse como una alternativa para los mexicanos pero tenemos que recordar que toda su carrera como panista apoyó tanto las políticas de su partido como las del tricolor, incluida las reformas de Peña Nieto que han terminado de inclinar la balanza a favor de los pocos y en perjuicio de los muchos.
Andrés Manuel López Obrador (Morena) sigue demostrando que es el único de los candidatos actuales a la presidencia que ha resistido los embates del sistema y no ha caído en la provocación de generar violencia. Ofrece un programa económico distinto dirigido a un crecimiento compartido y el combate contundente a la corrupción y la inseguridad.
José Antonio Meade Kuribreña (PRI) es el ‘prianista’ por excelencia, conjunta lo peor del PRI y del PAN en una sola persona, dispuesto a sacrificar a la mayoría de los mexicanos en aras de una macro economía que solo beneficie a los más poderosos. Aunque dice que combatiría a la corrupción, la verdad es que en todos los años que ha sido parte del sistema a nivel de miembro del gabinete no ha movido un dedo para sanear la política.
Además de estos tres ‘mosqueteros’ se han inscrito tres aspirantes independientes, uno de los cuales podría ser el cuarto mosquetero (D’Artanan, en la literatura) ya sea todos juntos o cada cual por su cuenta. Total, de lo que se trata es restar votos a los otros aspirantes.
Los tres ‘independientes’
Armando Ríos Píter (ex perredista) es el que tiene menos posibilidades, aunque el hecho mismo de pensar que tiene alguna, es una exageración. Perdió la posibilidad de ser un político veraz al conformarse a continuar la farsa independentista favorable al sistema)
Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón (ex priista) es el ejemplo viviente del viejo PRI, de la bravata, del autoritarismo, del presunto uso y abuso de los recursos públicos que ofreció un cambio a los nuevo leoneses con un discurso combativo que sólo quedó en pura palabrería y ahora los habitantes de Nuevo León sufren las consecuencias.
Margarita Ester Zavala Gómez del Campo (ex panista) se deslindó del PAN al ver que no tenía ninguna posibilidad de obtener la candidatura a la presidencia y la buscó por la vía ‘independiente’, su principal promotor es el ex presidente Felipe Calderón, cuyo principal logro es la muerte de decenas de miles de mexicanos a manos del crimen organizado. Como ella y su marido sostienen, representan al verdadero panismo, el de la derecha más a la derecha.
Así las cosas, usted ciudadano mexicano, tendrá en sus manos el destino de México (es decir el suyo y el de su familia), al tachar al candidato de su preferencia el próximo 1 de julio.
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