La trampa de las ideologías en los casos de Cataluña y Venezuela
En principio, hay que dejar claro que es competencia de los catalanes y españoles decidir si van seguir siendo parte del mismo país o se dividen. Del mismo modo, son los venezolanos quienes poseen el deber y el derecho de elegir a sus gobernantes.
No obstante, hay varias razones por las cuales las noticias de sus respectivos procesos son motivo de lectura y análisis en todo el mundo. Y la importancia radica en las lecciones que cada nación y cada ciudadano del mundo puede extraer para su propia existencia.
Empecemos con Venezuela
El gobierno de corte socialista venezolano obtuvo el triunfo el domingo en la gran mayoría de los estados, de acuerdo a los datos de las autoridades electorales. La oposición de inmediato ha salido a decir que no reconoce dichos resultados en los comicios y solicita la revisión de todo el proceso.
Cabe precisar que, en Venezuela, la oposición está liderada por la derecha, de tal modo que los países orientados hacia esta ideología política, critican la actuación del gobierno y apoyan a los grupos que protestan contra el statu quo dominado por la izquierda.
El proselitismo y la injerencia extranjera, llámese Europa, Estados Unidos o buena parte de América Latina. Incluso el gobierno de mi país (México) ha pretendido liderar un golpe a la democracia venezolana, cosa que desde luego es rechazada por la mayoría de los mexicanos.
Se argumenta mucho el fracaso de las políticas públicas del gobierno de Venezuela, para apoyar una intervención externa y favorecer a la oposición, pero es necesario aclarar que gran parte de la responsabilidad de los problemas económicos del Estado venezolano se deben precisamente a la negativa actuación de las grandes empresas de la iniciativa privada y las élites de dicho país.
Y seguimos con Cataluña
España y Europa en general han sido muy críticos pro la presunta violencia del gobierno de Venezuela contra los manifestantes, sin embargo, durante la lucha pacífica de los catalanes por la independencia, el gobierno hispano ha recurrido a las fuerzas policiales para tratar de impedir que votaran en el referéndum organizado por la Generalitat.
Y luego de la realización de dicha consulta, hasta la figura del rey han utilizado para amenazar y amedrentar al gobierno catalán con el fin de que no declare la independencia pese a que el sí obtuvo un claro triunfo con más del 90 por ciento de los votos que se pudieron emitir ante la intervención de las fuerzas públicas enviadas desde Madrid.
Los países europeos no solo no han fustigado al gobierno español por el uso de la violencia, sino que han emitido su aval al gobierno derechista, demostrando así el favoritismo por una aplicación de la fuerza en lugar del diálogo que supuestamente impulsan en Latinoamérica.
Otro aspecto relevante por sí solo, es la participación de grandes consorcios privadas en la escalada de intimidación contra el gobierno de Cataluña, que han salido o amenazan con salir si la independencia es declarada formalmente.
Esta actuación reaccionaria y violenta del sector económico en la política no es nuevo, lo que sí es novedoso es el descaro, pues mientras en Venezuela lo hacen de manera oculta para socavar el gobierno socialista, en España lo hacen abiertamente para frenar lucha independentista.
Como bien señala un análisis de Forbes México y reproducido en www.totalsapiens.com, esta tendencia a la intromisión abierta del sector privado en la política irá en aumento, mostrando así la cara de las élites que habían permanecido atrás o a un lado del poder, pero no al frente.
En México, ha iniciado el proceso electoral para elegir autoridades federales del Poder Ejecutivo y Legislativo, así como algunos estados. Ahora estamos ciertos y con los antecedentes de España y Venezuela, que los grandes corporativos estarán más presentes que antes en las campañas políticas, más visibles.
Sobra decir que esto es competencia de los mexicanos, no obstante, Estados Unidos hará todo lo posible para que uno de los candidatos favorable a su país, quede como presidente de México.
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