Cancún y Playa del Carmen, victimizadas
Cierto, los eventos de violencia extrema registrados en días recientes con saldo de nueve muertos y 20 heridos, tienen que ser atendidos por el Gobierno del Estado, sin dilación, pero hablar de terrorismo como sugieren algunos medios es victimizar al destino turístico.
Ya de por sí, los medios tradicionales y las redes sociales sirvieron de caja de resonancia a los hechos condenables desde cualquier punto de vista. Las redes, generando alarma generalizada sin información precisa y los noticieros televisivos, recogiendo esas muestras de videos y repitiéndolos hora tras hora, programa tras programa, con datos disímiles o incorrectos.
No estoy pidiendo que se censure o se oculten los hechos sólo un mínimo de profesionalismo a los comunicadores y a los medios donde laboran. En cuanto a las redes sociales, de sobra está decir que abundan los ‘posts’ de contenido falso o distorsionado. Verifiquemos nuestras fuentes de información.
Y no, no puede considerarse un acto terrorista cuando un sicario (o varios) de un cártel enfrenta a otro (u otros) de un grupo distinto, este caso se trata de una ejecución o intento de ejecución, en el caso de Playa del Carmen. Respecto a Cancún, los ataques fueron directamente contra personal y edificios de Seguridad Pública, así como el palacio municipal.
Para nadie es un secreto la presencia de la delincuencia organizada (narcotráfico, extorsión, trata de personas…) en el Caribe Mexicano, lo que está en juego es la persistencia o la supresión de los acuerdos tácitos o explícitos entre los gobiernos que antecedieron a los actuales y los cárteles.
En ningún país del mundo se acaba con este flagelo, pero sí se puede combatir, reducirlo a su mínima expresión. La otra vía es la de la omisión o la complicidad, ni una ni otra son opciones benéficas para la sociedad quintanarroense.
Desde luego, coincido con quienes señalan que hay que llamar al pan, pan, y al vino, vino. Llamar conflicto entre particulares a un enfrentamiento entre sicarios es querer tapar el sol con un dedo.
¡Qué bueno que las autoridades estatales y municipales den la cara… ahora queremos que den resultados!