Arman la guerra y combaten la pacificación en México
Los intereses económicos detrás y enfrente de la delincuencia organizada en México y Estados Unidos da oxígeno a la violencia nacional
Nada justifica el asesinato de mexicanos a manos de mexicanos, ya sean delincuentes de un mismo cártel o de bandas rivales. Pero ese no es el punto desde el cual puede tener una mejor explicación de lo sucedido en San José de Gracia, Michoacán.
Tampoco hace falta mucho cerebro para recordar que la guerra contra el narcotráfico se desató en México a instigación de Estados Unidos en el sexenio de Felipe Calderón que pudo así justificar su presencia en Los Pinos, mientras que los estadounidenses vieron una opción de altas ventas de armas y drogas.
Si el gobierno de Estados Unidos realmente quiere detener la compraventa y consumo de drogas en su país, debería (como apunta la lógica) combatir el tráfico de estupefacientes en su propio territorio.
Pero eso no le interesa. Republicanos y demócratas han demostrado que lo único importante para ellos es cuánto dinero pueden obtener por el tráfico de personas, drogas, armas y mantener a su población bajo el poder de cualquier tipo de enervantes.
Este conflicto le ha costado decenas de miles de muertos a México. Y todavía se atreven a decir que van a parar la exportación de aguacate porque uno de sus inspectores sanitarios recibió una probable amenaza telefónica. Así o más facistas.
Los mexicanos deberían darse cuenta que esta guerra interna solo beneficia a EU, en tanto solo algunos pocos integrantes de los cárteles pueden disfrutar de los altos ingresos, siempre con el riesgo de ser asesinados por sus competidores o por órdenes del exterior.
La política de no incentivar la confrontación sino la pacificación del país, es viable, siempre y cuando Estados Unidos y las élites de poder en México, asuman el compromiso de no alentar esa violencia, ni con la importación de armas ni con el fomento a través de series por tv o sreaming o incluso mediante sus canales de noticias: prensa, radio, televisión y redes sociales.
Mientras la oposición, al servicio de las élites nacionales y extranjeras, siga mintiendo e impulsando la confrontación entre los mexicanos, difícilmente se podrá avanzar.
Lo que puede hacer el Estado mexicano es investigar y castigar a los responsables de los hechos de violencia, para ir disminuyendo poco a poco las acciones criminales de los delincuentes de cuello sucio o de cuello blanco.
Fuero de eso. Los programas sociales, educativos, de salud, alimenticio, de empleo… necesitan crecer mucho y no se ve cómo. A menos que la iniciativa privada se decida ser parte del cambio a favor de todos y no solo de ellos mismos.
