Y sí, los adultos también desarrollan alergias

Sí. Los datos preliminares de un nuevo y extenso estudio realizado en Estados Unidos que está siendo revisado para su publicación sugieren que casi el 52 por ciento de los adultos que reportaron tener una alergia alimentaria desarrollaron una o más de este tipo de alergias después de los 18 años de edad.

Un estimado del cinco por ciento de los adultos en Estados Unidos tiene una alergia alimentaria, en contraste con cerca del ocho por ciento de niños. Si bien algunos niños superan las alergias —por lo general a la leche, los huevos y el trigo—, muchos las conservan hasta la edad adulta.

Dra. Ruchi Gupta es una investigadora sobre las alergias alimentarias en el Hospital Infantil Ann y Robert H. Lurie de Chicago y la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern; ella dirigió el estudio nacional en Estados Unidos.

Señaló que en los congresos médicos a los que acudía en todo el mundo “cada vez escuchabas más sobre alergias alimentarias que aparecen a la edad adulta. Pero todo se quedaba a nivel anecdótico. Ese es el motivo por el que hicimos el estudio, para conocer la frecuencia en cifras”.

El año pasado, la Dra. Gupta y sus colegas de Northwestern y la unidad AmeriSpeak del Centro Nacional de Encuestas de Opinión de la Universidad de Chicago sondearon a 40 mil 447 adultos de todo Estados Unidos, reclutados a partir de una muestra representativa de la nación.

Encontraron que la alergia alimentaria más común entre los adultos es a los mariscos, pues afecta al 3.9 de la población; seguida de la alergia al cacahuate, con un 2.4 por ciento, y por la alergia a los frutos secos, con un 1.9 por ciento.

La alergia al maní se desarrolla casi siempre durante la niñez y los niños la superan con menos frecuencia que otras alergias alimentarias. La alergia al cacahuate parece tener la misma prevalencia entre los niños y los adultos estadounidenses.

Ya está establecido que los niños desarrollan alergias a ocho principales alimentos: leche, huevos, trigo, soya, maní, frutos secos, pescados y mariscos.

La mayoría de las reacciones en adultos también se dan con esos ocho productos, de acuerdo con la Dra. Sharon Chinthrajah, profesora adjunta de la Facultad de Medicina de Stanford y directora médica del Centro de Investigación de Alergias y Asma Sean N. Parker, quien participó en la formulación de la encuesta.

Dicho eso, la alergia a los mariscos es más común entre los adultos que entre los niños, puesto que tiende a aparecer más tardíamente en la vida.

Se han observado varios patrones únicos a los adultos que desarrollan nuevas alergias alimentarias.

Uno se llama síndrome de alergia oral y se presenta en un pequeño porcentaje de adultos con alergia estacional. En ella, “tu cuerpo es engañado”, dice la Dra. Chinthrajah. Explicó que algunos adultos pueden tener alergia al polen de un árbol, por ejemplo, y algunas de las proteínas de ese árbol son similares a las presentes en frutas y vegetales, “así que cuando tu cuerpo ingiere esos alimentos crudos, piensa que estás comiendo el polen”.

El polen del abedul, por ejemplo, guarda similitudes con proteínas encontradas en frutas como los duraznos, las manzanas y las cerezas.

El síntoma principal por lo regular consta de comezón en la boca o en la garganta. Curiosamente, si la fruta está procesada o cocinada de cualquier manera, desnaturaliza la proteína y no produce la misma reacción.

Muchos adultos que desarrollan una nueva alergia alimentaria se preguntan qué la provocó, cuál fue el “botón de encendido”, como lo llama la Dra. Gupta.Los informes anecdóticos sugieren que el embarazo, por ejemplo, puede disparar nuevas alergias, lo que ha llevado a algunos a proponer la hipótesis de que puede haber una conexión hormonal en juego.

Otros pacientes notifican que notaron una nueva alergia después de haber tenido una infección viral. De cualquier manera, aún no está claro qué provoca una nueva reacción a un alimento después de que alguien lo ha comido durante décadas sin incidentes.

Cabe señalar que una reacción alérgica no es lo mismo que una intolerancia alimentaria.

La primera se caracteriza por síntomas marcados, como comezón, ronchas, inflamación y problemas para respirar o vómito, que aparecen dentro de las dos horas siguientes al consumo del alimento en cuestión. Los síntomas que aparecen un día después pueden ser distintivos de la intolerancia a un alimento, un tema que la Dra. Chinthrajah indicó todavía no es tan bien entendido por los investigadores, como es el caso de las alergias alimentarias.

Una reacción alérgica más severa puede requerir epinefrina o una visita a la sala de urgencias. Y el que tengas una reacción una vez no quiere decir que debes dejar de comer ese alimento por completo, dijo la Dra. Gupta. Si tienes inquietudes, acude con un alergólogo para que te haga pruebas.

(Con información de The New York Times)

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