Urgen espacios para hablar de sexualidad y relaciones de pareja

Los adolescentes podrían recibir información y compartir sus vivencias sin prejuicios ni tabúes: Janett Sosa, de Psicología

Ante la creciente incertidumbre y las dificultades que están experimentando los jóvenes en la actualidad para establecer relaciones de pareja seguras, es indispensable abrir más espacios de confianza y reflexión para que las adolescencias reciban información y puedan compartir sus vivencias, sin prejuicios ni tabúes, consideró la investigadora de la Facultad de Psicología, Janett Sosa Torralba.

Durante la conferencia Sexualidad y noviazgo en la adolescencia, realizada en el contexto del cuarto ciclo de conferencias UNAMirada desde la Psicología, la experta dijo que la educación sexual que se imparte en las escuelas es aún muy limitada y éstas son insuficientes para atender las necesidades e inquietudes de los adolescentes.

“Si no entendemos la sexualidad adolescente desde su experiencia individual, las asignaturas de educación sexual, por más que hablen sobre métodos anticonceptivos, ciertas medidas de prevención de enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados, no van a tener el funcionamiento que se espera”.

Indicó que aún hay muchos prejuicios entre los jóvenes para hablar abiertamente de estos temas y de cómo están viviendo sus relaciones de noviazgo, ante el temor a ser juzgados o de que se les critique por lo que puedan estar pensando, y que muchas veces tiene que ver con su propia experiencia y sus propias vivencias.

Lo que puede afectar

Sosa Torralba precisó algunas características que pueden afectar una buena relación de noviazgo, como idealizar a la pareja, someterse siempre a las decisiones u opiniones del otro o tratar de cumplir en todo momento con el ideal social de pareja.

“Cuando pensamos que la otra parte de la pareja es nuestra media naranja, por ejemplo, más bien nos estamos sometiendo quizás a algo que hemos venido construyendo como una expectativa social o cultural, o porque ésta tiene que ver incluso con lo que la otra persona nos demanda o con su idea de lo que es una relación”.

Agregó que en nuestra sociedad aún prevalece el mito del amor romántico: se ama en igualdad, siempre buscando compartir gustos y actividades afines, descartando de antemano que se pueda amar y convivir con quien no se coincide, cuando muchas veces el amor esta precisamente en lo diferente.

“Y a partir de este mito uno puede considerarse incompleto si no tiene pareja y suponer que una persona estará destinada a hacernos feliz; entonces recargamos toda esta necesidad de afecto en alguien más, pero tampoco el otro va a ser nuestra única causa de felicidad”.

Dinamismo

La especialista en temas de sexualidad y adolescencia dijo que es importante mantener una relación de pareja dinámica para evitar noviazgos cristalizados o estáticos. Las relaciones amorosas se deben reconstruir constantemente para que no generen malestar y funcionen de manera adecuada.

En toda relación de pareja, apuntó Sosa Torralba, cuando se habla del amor es crucial ubicar dos posicionamientos significativos, los cuales tienen que ver con las personas que aman y las que se sienten amadas, aunque el ideal sería que funcionaran ambas partes, no necesariamente se transita de manera equitativa, lo que genera problemas durante la adolescencia.

El que ama sacrifica un fragmento de su narcisismo. Es decir, cuando amamos, damos algo de nosotros a las otras personas, hacemos una renuncia a algo que quizá sea valioso para nosotros, pero en esta renuncia, en esta pérdida también recibimos algo. Se trata de restituir esto que se ha perdido a partir del trueque de ser amado. Si amamos, también podemos ser amados.

Por otro lado, añadió, está el lugar del adolescente amado que se posiciona como el elegido por sus pares y puede adoptar actitudes soberbias y de desprecio para con sus enamorados porque se siente la persona perfecta que cubre las expectativas de los demás.

Finalmente, Sosa Torralba destacó la importancia de no idealizar a la pareja en una relación de noviazgo, pues aun cuando puede ser parte de una construcción subjetiva, lo fundamental es cuestionar aquello con lo que no se está de acuerdo y reconocer las virtudes de la otra persona, en un ejercicio de retroalimentación que tiene que ser permanente en todos los aspectos.

(Con información de Gaceta UNAM)

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