Urge aliviar el mar para curar al planeta y salvarnos
Los océanos podrían dejar de garantizar funciones primordiales para la supervivencia, como la producción de oxígeno y la absorción de CO2
El hombre puede contar con los océanos como una de las soluciones para luchar contra el cambio climático, siempre y cuando se protejan sus debilitados ecosistemas.
A menudo ignorados en el diseño de políticas contra el calentamiento, los océanos son ahora protagonistas de una activa campaña de sus defensores para que se conviertan en un actor clave en ese combate.
Desde las energías renovables marinas hasta la restauración de los ecosistemas costeros, el océano «es también una fuente de soluciones que habría que aplicar», defiende Jean-Pierre Gattuso, investigador del Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia, que participó en un estudio al respecto publicado en 2018 en la revista Frontiers in Marine Science.
Reparación y protección
Calentamiento, sobrepesca, contaminación… todos estos factores han enfermado a los océanos, hasta el punto de que estos podrían dejar de garantizar funciones primordiales para la supervivencia de la humanidad, como la producción de oxígeno y la absorción de CO2 procedente de la actividad del hombre.
Por eso, muchos abogan por aumentar las zonas protegidas, permitiendo a los océanos recobrar fuerzas.
«Al menos 30% de los océanos deben ser protegidos para que sus ecosistemas sean suficientemente resistentes (…) y el 70% restante debe gestionarse de forma prudente y sostenible», defiende Tom Dillon, vicepresidente de la ONG Pew Charitable Trust.
Según el reciente informe de los expertos de la ONU sobre biodiversidad, 7% de los mares están hoy protegidos, y no necesariamente de forma eficaz.
Proteger los océanos pasa también por restablecer los ecosistemas costeros como los manglares y los hábitats de plantas acuáticas, que tienen capacidades importantes de absorción de carbono, fenómeno bautizado como «carbono azul».
El potencial de atenuación del cambio climático de estos ecosistemas es «relativamente modesto a nivel mundial (alrededor de 2% de las emisiones)», según el proyecto de informe de expertos climáticos de la ONU abordado desde este viernes en Mónaco.
Pero es mejor que nada, sobre todo que esta vegetación marina si se encuentra en buen estado puede «reducir los impactos de la subida del mar» y ofrecer «beneficios a las comunidades locales (seguridad alimentaria, turismo…), según el estudio de Frontiers in Marine Science.
Preservar estas zonas permite además evitar las emisiones provocadas por su degradación.
Energías renovables
Las energías renovables marinas provienen del viento (parques eólicos offshore) o directamente del océano, mediante las olas, las mareas y las corrientes.
En un estudio publicado en 2017, investigadores del Carnegie Institution for Science estimaron que los parques eólicos en alta mar pueden producir más energía que los de tierra firme, y calcularon incluso que si se instalaran a lo largo de todo el Atlántico Norte, estos podrían colmar la demanda actual de la humanidad.
«Esto no sucederá nunca, pero demuestra el potencial de esta técnica que no está suficientemente explotada», según Gattuso.
Las energías marinas renovables son una solución «de una eficacia extraordinaria que podría aplicarse en seguida», agrega, pese a admitir las dificultades de desarrollar esta tecnología en un «medio hostil» como el océano.
Geoingeniería
Aunque algunos científicos descartan de entrada las técnicas arriesgadas, otros trabajan en la geoingeniería, convencidos de que limitarse a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero no bastará para proteger el planeta.
Parte de estas técnicas de manipulación del clima está relacionada con el océano, como la fertilización. Esta consiste en introducir hierro soluble en el mar para impulsar la producción de fitoplancton, que absorbe el CO2 durante la fotosíntesis.
Pero algunos temen que haya efectos secundarios. Así como para las técnicas que persiguen desplegar a gran escala una espuma blanca en la superficie de los océanos para reflejar los rayos del sol.
Otras tecnologías están un poco más avanzadas, como la captura y almacenamiento de carbono en los fondos marinos, en desarrollo por parte de algunas empresas.
(Con información de AFP)