Sin religión, seis millones de mexicanos

Ciudad de México.- Aunque México sigue siendo uno de los países con los porcentajes más altos de creyentes del catolicismo, «en décadas recientes está viviendo una transformación acelerada de diversidad religiosa».

Señalaron lo anterior los investigadores Renée de la Torre Castellanos, del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas-Occidente), y Alberto Hernández Hernández, de El Colegio de la Frontera Norte (El Colef), en la presentación de la Encuesta Nacional sobre Creencias y Prácticas Religiosas 2016, la cual arrojó que en las fronteras norte y sur de la República es donde más se observa un elevado índice de diversidad de credos.

De la Torre Castellanos detalló que 95.1 por ciento de la población mexicana tiene a una religión y 82.7 por ciento son católicos. Sin embargo, dijo que sólo 26.9 por ciento de estos últimos lo son por convicción y 47.3 por ciento por tradición, pero su lazo con esta religión es débil, mientras 17.8 por ciento son católicos a su manera: “no quieren dejar su credo, pero también son budistas, new age, azteca, chamánico; van haciendo una suerte de incorporaciones de otras espiritualidades que cada vez tienen más presencia en el país”.

Indicó que de 10.4 por ciento de los encuestados que cambiaron de religión, 57.1 eran católicos, seguidos de Testigos de Jehová y cristianos. Entre las razones por las que dejaron su creencia señalaron que lo hicieron porque «su religión anterior ya no les satisfacía, la actual se apega a los fundamentos bíblicos o decidieron buscar la verdad por sí mismos».

La académica del Ciesas-Occidente destacó que quienes decidieron dejar el catolicismo se incorporaron sobre todo a religiones cristianas evangélicas, pentecostales o bíblicas. Consideró que la Iglesia está en crisis y «ya no es el elemento de cohesión y socialización», mientras muchos grupos evangélicos «sí generan lazos comunitarios».

Bernardo Barranco, especialistas en asuntos religiosos, dijo que «hay un problema de pastoralidad y significación de la estructura religiosa católica que se percibe alejada de los intereses, las búsquedas, los sueños y las ansiedades de la población».

Entre las respuestas que los entrevistados dieron a la pregunta: ¿por qué considera usted que la gente cambia de religión?, mencionaron que es por decisión personal (22 por ciento), no conocen su propia religión (19 por ciento), se decepcionan de su Iglesia o «les lavan el cerebro» (ambas con 17 por ciento).

De la Torre Castellanos indicó que a diferencia de Europa, el creyente católico mexicano sigue siendo muy ritualista, va a peregrinaciones, tiene altares en su casa y cree en las mandas. El país es el segundo con mayor frecuencia de asistencia a servicios religiosos en el mundo. Dijo que 80 por ciento cree en la Virgen de Guadalupe y 60 por ciento tiene un altar dedicado a ella.

El estudio también arrojó que 96 por ciento de los encuestados creen en un Dios o un ser supremo, 35.9 por ciento atribuye su estabilidad, éxito o fracaso en su vida a la voluntad de Dios, 42.8 al esfuerzo personal y 8.5 al destino.

La Santa Muerte y Jesús Valverde

Sobre el culto a otras figuras espirituales, como la Santa Muerte o Jesús Malverde, Barranco dijo que los creyentes son católicos que construyen sus propias deidades, a fin «de compensar los vacíos que las religiones institucionalizadas dejan».

La encuesta fue levantada del 29 de octubre al 30 de noviembre del año pasado; incluyó 155 municipios en las 32 entidades del país y la Red de Investigadores del Fenómeno Religioso en México realizó 3 mil entrevistas para este trabajo. El estudio fue presentado ayer en el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, al que también asistió Alexandra Haas Paciuc, titular del organismo.

(Con información de La Jornada)

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