Prevén expertos más lluvias a mediano y corto plazo
A largo plazo, podría haber sequías brutales que no duren uno o dos años, sino décadas e incluso cientos de años, advierten investigadores
La sequía que se registra en la actualidad va de salida y no se ubicará en los niveles de 2010 a 2012, que ha sido la más intensa de los últimos 80 años, señalaron investigadores del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA).
En la conferencia de prensa a distancia Impacto de la Sequía en México, Benjamín Martínez López explicó que el fenómeno de La Niña que se presentó en el océano Pacífico –consistente en el enfriamiento de sus aguas– se aminora toda vez que en las próximas semanas la superficie del agua se calentará y habrá más lluvias.
A partir de abril ese fenómeno pasó a condiciones neutras, por lo cual podemos afirmar que la sequía se terminará y comenzará a llover en ciertas zonas; pero a largo plazo, el problema puede ser muy diferente y complicado, aclaró el científico.
En ese sentido, añadió que al observar la evolución de la anomalía de temperatura global de 1850 a la fecha, resulta innegable que el planeta se está calentando, aunque ese calentamiento es diferencial.
Debe dedicarse un gran esfuerzo a investigar, a entender las causas de este fenómeno.
“Por ejemplo, en el Pacífico ecuatorial no excede de un grado, pero más hacia el sur es mayor; en tanto, en el Pacífico occidental va para arriba, con un incremento sostenido”.
Martínez López refirió que desde 1870 hasta 2018 se observó el aumento sostenido de las precipitaciones en Ciudad de México. Estamos en un tiempo donde cada vez llueve más; “podrían ser buenas noticias, empero, en un estudio donde se analizaron dos mil años de registros indirectos (provenientes de una caverna) se estableció que ha habido periodos húmedos, pero también de sequías brutales que no duran uno o dos años, como las que hemos padecido, sino décadas e incluso cientos de años”.
Por ello, es importante que los expertos unan esfuerzos para determinar si lo que dicen los registros históricos indirectos se pueden reproducir con modelos, entender qué pasó y especificar cuándo podría volver a darse, expuso el universitario.
En el Valle de México, reiteró, lo preocupante es que podamos pasar de una etapa de lluvias abundantes a otra seca que dure decenas de años o más de un siglo, “porque ya ha sucedido y está el riesgo latente de que pueda volver a ocurrir; entonces sí estaríamos en problemas fuertes. Yo dedicaría un gran esfuerzo a investigar, entender las causas, y poder simularlo para hacer predicciones”.
Definición
En tanto, Christian Domínguez Sarmiento, también integrante del CCA, detalló que la sequía es una deficiencia en la precipitación en un periodo extendido, lo que resulta en una escasez de agua que causa efectos adversos en la vegetación, los animales y las personas; ese fenómeno, por supuesto, puede variar de una región a otra.
Además, los factores humanos como la demanda del vital líquido y su gestión pueden exacerbar el impacto en un sitio. “Dependiendo del grado de presión que se tenga sobre los recursos hídricos y el manejo del agua, será la vulnerabilidad y consecuentemente el riesgo de desastre asociado a la sequía”.
La deforestación y el cambio de uso del suelo (es decir, eliminar bosques y establecer ciudades o campos agrícolas), ha disminuido la capacidad de infiltración del agua, con consecuencias graves en los ecosistemas, como pérdida de biodiversidad e incendios, agregó la experta.
Aclaró que la sequía no es lo mismo que la aridez; esta última significa que un lugar o región tiene un régimen pluviométrico bajo, es decir, que en el año llueve poco, como ocurre en las zonas desérticas.
En México hay grandes variaciones, ya que regiones como Sonora y Chihuahua, en la frontera con Estados Unidos, se encuentran bajo condiciones de sequía extrema, mientras que la península de Yucatán no tiene ese problema.
Durante la sequía de 2010-2012, 95 por ciento del territorio nacional fue afectado por algún tipo de sequía, desde lo “anómalamente seco” hasta la “excepcional”; en la que se presenta desde 2020, 84 por ciento del territorio está bajo alguna de estas condiciones; sin embargo, la extrema afecta hoy un área menor que hace una década.
Luego de mencionar que ese fenómeno tiene impacto en el precio de los productos agrícolas, recordó que el 15 de mayo comienza la temporada ciclónica en el Pacífico, y el 1 de junio en el océano Atlántico. Los ciclones tropicales contribuyen a aminorar los efectos de la sequía hidrológica y a llenar las presas, en especial, las del norte del país.
Para la temporada ciclónica de 2021, de mayo a noviembre, el Servicio Meteorológico Nacional espera de 15 a 20 sistemas en el Atlántico, por encima del promedio, que es 14; y en el Pacífico se pronostican de 14 a 20, cercano al promedio, que es de 16. En síntesis, en ambos océanos se espera una temporada ligeramente activa
(Con información de Gaceta UNAM)