Potencial biotecnológico en los cenotes de Chicxulub
El propósito de los científicos en el Estudio de la Unidad de Química en Sisal es mostrar el cambio de las comunidades microbianas y sus efectos en humanos
Un grupo de investigación de la Unidad de Química en Sisal analiza comunidades microbianas y su potencial biotecnológico en el anillo de cenotes del cráter de Chicxulub, en Yucatán.
Alejandra Prieto Davó, quien encabeza el grupo de especialistas, dio a conocer lo anterior durante la conferencia ¡Tocando Fondo! Exploración de Comunidades Microbianas en Sedimentos de Cenotes para Encontrar Nuevos Antibióticos y Anticancerígenos.
La académica universitaria, adscrita al Laboratorio de Ecología Microbiana y Productos Naturales Marinos de la Unidad de Química en Sisal, comentó que su trabajo consiste en explorar cuáles son los microorganismos presentes en el ecosistema y qué funciones desarrollan.
El objetivo del proyecto –en el cual colaboran la Universidad Rockefeller, el grupo Cenoteando y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología– es determinar cómo cambian las comunidades microbianas y en dónde se puede localizar la mayor diversidad de genes involucrados en rutas metabólicas de policétidos sintasa y péptidos no ribosomales.
Hasta el momento, han muestreado cerca de 10 cenotes de todo tipo: abiertos, cerrados y de cueva. “Para nosotros son lugares interesantes y atractivos en cuanto a ecología microbiana, porque es una mezcla de agua dulce del acuífero (meteórica) con salada del mar (marino). Además, en cierta temporada se genera una haloclina (capa de agua en la que la salinidad cambia bruscamente con la profundidad), a lo largo de la cual puede haber gran cantidad de materia orgánica”, abundó durante la jornada Sisal. La Facultad de Química en Yucatán.
Alejandra Prieto explicó que esta iniciativa surge del conocimiento del grupo de investigación sobre el funcionamiento de las comunidades microbianas en el fondo del océano y su significado como fuente de microorganismos productores de metabolitos secundarios con gran actividad biológica.
En el estudio emplean microbiología tradicional, química analítica, técnicas de genómica y metagenómica para explorar a los microorganismos presentes en el ecosistema y sus funciones en éste, pero sobre todo para encontrar las rutas que producen a los metabolitos. Refirió que para hacer uso de la información genómica y metagenómica se requieren técnicas bioinformáticas.
La docente apuntó que las comunidades microbianas en los sedimentos marinos contienen la diversidad genética más importante del planeta: “Los sedimentos marinos y en suelos tienen alrededor de mil millones de bacterias por gramo, en éste se encuentran de tres mil a 12 mil especies de bacterias; todos estos microorganismos interactúan y se comunican químicamente”.
Productos novedosos
Al mencionar cómo se logra encontrar productos naturales novedosos, la académica dijo que, a la fecha, de las actinobacterias se han obtenido tres cuartas partes de los antibióticos comerciales, por lo que son un grupo de gran relevancia en la investigación.
“La mayoría de ellos vienen del género Streptomyces, una de las características de este microorganismo es que, cuando ocurre una deficiencia de nutrientes, sacrifica una parte de su comunidad para generar una mayor cantidad de éstos en el ambiente y así seguir creciendo; en ese momento, para defenderse de otras especies, produce moléculas sencillas o macromoléculas hechas por distintas rutas metabólicas”, expuso Prieto Davó.
El grupo de trabajo emplea la ecología microbiana para dirigir el descubrimiento de productos naturales. En ese sentido, dijo que se examina esa comunidad, su comportamiento, cómo cambia de un lugar a otro, las variables ambientales.
(Con información de Gaceta UNAM)