Nearshoring, opción de México ante aranceles de Trump
Con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca vendrán los aranceles. La cuestión es cómo se pueden negociar. Para México, la revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) en 2026 será muy importante, así como el nearshoring, que podría significar una nueva oportunidad de desarrollo interno, se señaló en el marco de la conferencia dictada por Gary Gereffi, profesor emérito de la Universidad Duke de Estados Unidos (EUA).
En la ponencia “Cadenas de valor de América del Norte en el contexto del nearshoring: oportunidades y desafíos para México”, el académico indicó que se necesita un concepto más amplio de esa relocalización, tal como la producción integrada entre ambos países y otras naciones de la región.
El especialista dijo que la forma populista de Trump para responder a la globalización es controlar la inmigración, llevar más industria a su país y crear más empleos.
En el Auditorio Jesús Silva Herzog del posgrado de la Facultad de Economía, Gereffi explicó que el nearshoring implica para México determinar cómo puede convertir su planta productiva a fin de tener oportunidades con Estados Unidos.
México, detalló, enfrenta el reto de aprovechar la relocalización y ser parte de lo que está pasando con las nuevas industrias en el país vecino.
Un reto más es el tema del nacionalismo de los recursos naturales, como el litio; hay que evaluar cómo entraría ese elemento en los cálculos de México, Canadá y otros países.
El mundo de la hiperglobalización ya no existe. Las cadenas productivas regionales serán importantes para EUA, China o Europa, y ese será un punto importante de negociación para México, opinó Gary Gereffi.
Así, México podría tener opciones: el nearshoring o vincularse con Estados Unidos de formas nuevas. “Hay que buscar nichos en los que la industria instalada en este país sea la apropiada, pero no puede serlo sólo con las plantas existentes”. Si éstas no tienen nuevas fuentes de inversión extranjera que las modernice en el aspecto tecnológico, no será posible complementar lo que se hace al otro lado de la frontera.
O bien, comentó, puede seguir tratando de enfatizar sus objetivos nacionales y minimizar los efectos internacionales, en parte, con el control estatal de los recursos naturales; y un tercer camino sería el de un balance estratégico, ya que aunque EUA es importante para México, China también lo es, destacó.
La sesión fue moderada por Enrique Provencio Durazo, coordinador del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo, durante la cual Jorge Mario Martínez Piva, oficial a cargo de la sede subregional de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe en México, aseguró que estamos en un contexto en el que, en los países grandes, el Estado tiene un rol más importante, por un tema de seguridad nacional, de nacionalismo económico y de geopolítica. Los medianos, como México, se ajustan o sacan provecho. El nearshoring es una gran oportunidad.
Lorena Rodríguez León, directora de la Facultad de Economía, calificó el nearshoring como particularmente relevante para México, debido a las recientes iniciativas de EUA que priorizan los esfuerzos para fortalecer las cadenas de suministro estadunidenses, haciéndolas más resilientes.
México puede tener una nueva oportunidad de crecimiento interno a partir de la relocalización. Ello dependerá de las estrategias del gobierno y de la iniciativa privada nacional para que esto se traduzca en mayor progreso.
En el actual contexto geopolítico la situación se vuelve más compleja. Trump anunció una serie de medidas, entre ellas subir los aranceles, lo cual provocaría una mayor inflación; reducir los impuestos, lo que presionaría el déficit fiscal; o la expulsión de inmigrantes, que tendría consecuencias negativas en el mercado de trabajo, en especial en los sectores de servicios, de cuidados y de la construcción.
Si se reconocen las ventajas de la integración económica de la región norteamericana, y esta visión está presente en la renegociación del T-MEC, podría haber una oportunidad para que los proyectos que ya se desarrollaban en México, como la producción de autos eléctricos, puedan continuar su proceso de maduración. En este contexto, nearshoring sería una oportunidad si se acompaña de políticas industriales adecuadas con mayor contenido tecnológico, concluyó.
(Con información de Gaceta UNAM)