Mujeres ya superan a los hombres en escolaridad

20 millones 599 mil 736 mujeres, de la población ocupada, ganan 34% menos que los hombres, pese a realizar la misma actividad

Ciudad de México. La desigualdad laboral en México es un problema que continúa siendo una realidad para las 20 millones 599 mil 736 mujeres pertenecientes a la población ocupada, las cuales ganan en promedio 34 por ciento menos que los hombres, a pesar de que realizan la misma actividad.

Para Paula Soto, presidenta de la Comisión de Igualdad en el Congreso de la Ciudad de México, la disparidad laboral tiene como origen las desigualdades estructurales que han determinado que el espacio idóneo para ellas es lo privado donde el trabajo no remunerado y de cuidado corresponde únicamente a las mujeres.

“Las mujeres hemos sido enviadas a las tareas de cuidado como si fuera una característica propia de nosotras, el cuidar a nuestras madres, padres, hermanas, hermanos, familiares enfermos, hijas e hijos. Esas son tareas que seguimos realizando las mujeres. Anteponemos esas tareas de cuidado y trabajo no remunerado cuando estamos en nuestra edad reproductiva. Y la verdad es que la brecha salarial es una de las formas en las cuales se evidencia: las mujeres hoy estamos ganando 917 pesos menos que los hombres, según datos del Inmujeres [Instituto Nacional de las Mujeres] de 2017”, explicó la legisladora.

De acuerdo con las cifras del Salario Diario Asociado a Trabajadores del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en octubre de 2018 el sueldo estimado para los hombres era de 368.26 pesos, mientras que el de las mexicanas alcanzaba los 321.26 pesos, dato que sólo considera a los trabajadores formales.

En lo que se refiere al trabajo informal, el estudio “Construir un México inclusivo: políticas y buena gobernanza para la igualdad de género”, elaborando por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en colaboración con el Inmujeres en 2017, expuso que casi dos terceras parte de las mujeres que trabajan están atrapadas en empleos informales que ofrecen salarios bajos, protección social insuficiente y escaso resguardo contra la pobreza.

 “Las mujeres no accedemos a los espacios laborales con la misma facilidad que los hombres; nuestras condiciones particulares –como la maternidad y el trabajo de cuidado del hogar–  genera en las empresas y servicios laborales un problema para contratarnos porque les parecemos más caras. Aun cuando está demostrado que las mexicanas tenemos mejores niveles de escolaridad que los mexicanos y trabajamos una hora más –por lo menos– que ellos cuando estamos en nuestra edad productiva, nuestras vías de acceso al trabajo remunerado no son igualitarias a las de los hombres”, agregó la legisladora capitalina.

El informe del Inmujeres argumentó que las mexicanas jóvenes y las madres son las que enfrentan mayores obstáculos para obtener un trabajo remunerado. Las jóvenes tienen cuatro veces más probabilidades que los jóvenes de no estudiar, ni trabajar en México. En todos los grupos de edad las madres mexicanas tienen menores probabilidades de contar con un trabajo remunerado que la mayoría de los países de la OCDE.

Y otras cifras arrojan un panorama similar. Por ejemplo, en el año 2014, 33 de cada 100 mujeres de 15 a 54 años no unidas, con al menos un hijo nacido vivo, era soltera. Asimismo, 53 por ciento, no tenía instrucción y contaba con un nivel escolar máximo de secundaria. De acuerdo con las cifras del primer trimestre de 2017 de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), el 41.8 por ciento de ellas trabaja, el 31.2 en el sector informal, el 12.2 en el doméstico y el 6.6 no recibe ningún pago por su trabajo.

Por otro lado, la OCDE ha reportado que el 48 por ciento de las parejas con hijos en México pertenecen a una categoría en la que los hombres trabajan más de 40 horas remuneradas a la semana y las mujeres cero horas remuneradas por semana. La segunda combinación más común es aquella en que el padre y la madre trabajan más de 40 horas remuneradas a la semana (18.5 por ciento).

La inequidad en el espacio laboral entre hombres y mujeres no es un fenómeno único de las mexicanas. De acuerdo con el estudio Perspectivas Sociales y de Empleo en el Mundo 2018, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en ese mismo año la tasa de participación laboral femenina fue de 48. 5 por ciento, 26.5 puntos porcentuales menos que la de los hombres.

La OCDE ha señalado que la desigualdad de género en lo laboral tiene repercusiones económicas significativas. Los modelos de la organización calculan que habría un impulso considerable a la economía si las mujeres participaran en el mercado laboral en porcentajes similares al de los hombres. En México, por ejemplo, si se redujera a la mitad la brecha de género en la participación del trabajo de personas entre 15 y 74 años para 2040 se añadirían potencialmente 0.16 puntos porcentuales a la tasa de crecimiento anual proyectada en el PIB per cápita para el periodo 2013-2040, incrementando la tasa promedio anual a 2.46 por ciento.

 “Estamos desaprovechando al 50 por ciento de nuestra población, estamos desaprovechando los talentos del 50 por ciento de la población, no solamente en el mundo, también en nuestro país. Al imaginar que tuviéramos la inteligencia para aprovechar todo: las mujeres tienen que aportar en todos los aspectos a un país, la verdad es que seriamos potencia en nuestro México. El trabajo no remunerado de las mujeres representa el 26 por ciento de todo el PIB [Producto Interno Bruto], imagina todas las posibilidades que estamos echando por la borda al no aprovechar el trabajo y talento de las mujeres”, dictaminó Paula Soto.

(Con información de Sin Embargo)

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