México, sin capacidad para explotar reservas de litio
La mayor parte de las mineras que operan en México son canadienses y cuentan con la tecnología para trabajar en condiciones difíciles
Almacenar la energía eléctrica por medio de este elemento ha dado resultados positivos, pues se puede hacer en baterías y convertirla en energía continua.
La utilización del litio dará lugar a una liberación mundial de la energía eléctrica; no obstante, en México su explotación aún no se desarrolla fuertemente, por lo que la reciente propuesta en el Senado de la República para nacionalizar el litio para que el gobierno tenga el control total de este recurso y obtenga más ingresos, es irrelevante, señaló Carlos Rius Alonso, académico de la Facultad de Química (FQ).
“Me parece que es sólo una posición política, el subsuelo es propiedad de la nación desde hace mucho tiempo, y para explotarlo debe obtenerse una concesión por parte del gobierno y pagar impuestos, esto sin excepción en cuanto a la minería”, precisó Rius Alonso.
En este sentido, el integrante del Departamento de Química Orgánica de la FQ indicó que la mayor parte de las mineras que operan en México son canadienses y cuentan con la tecnología para trabajar en condiciones difíciles y extraer los materiales de manera eficiente: “Estas compañías trabajan bajo el esquema de concesiones desde hace años y tienen la responsabilidad de hacer la explotación de forma ecológica”.
En todo caso, apuntó, debe analizarse “si hay o no la capacidad para explotar el subsuelo; si no se tiene, esos recursos simplemente se quedarán enterrados ahí y no se podrá extraer esa riqueza del país”. En cuanto al litio, evaluó el especialista, “me parece que el gobierno mexicano no tiene la capacidad tecnológica para explotarlo”.
Recurso prometedor
Rius Alonso expuso que, actualmente, la energía puede producirse por medio de sistemas eólicos o fotovoltaicos, pero uno de los problemas es que su generación no es continua; por ello, debe acumularse de alguna forma.
El especialista mencionó que los métodos por medio del litio han dado resultados positivos, pues puede almacenarse la energía eléctrica en baterías y convertirla en energía continua: “La tecnología dentro de poco tiempo, 20 o 30 años máximo, será de sistemas eléctricos, no de combustión interna”.
Acerca de la importancia del litio, Rius Alonso comentó que éste puede acumular gran cantidad de energía: “Se están haciendo muchas combinaciones. Actualmente, las baterías de litio tienen otro tipo de elementos, como el cobalto, el cual se encuentra en pocos lugares del mundo”. Pero se están desarrollando métodos en los cuales no se requiere éste, y se ha logrado una densidad energética mucho más alta.
En el planeta, el principal país que tiene litio es China; también en Sudamérica hay enormes yacimientos, y en México se han encontrado grandes depósitos en Sonora, los cuales son muy significativos, “pero hay que explotarlos y purificarlos. Si estatizamos este sistema, probablemente no optimizaremos la extracción del litio, pues deben utilizarse sistemas muy eficientes y avanzados”.
Normar cómo obtenerlo
De acuerdo con nuestra legislación, todos los yacimientos del subsuelo pertenecen a México. Por lo que una nacionalización es totalmente irrelevante (ya son de la nación); lo que se tiene que hacer es normar la manera de poder obtenerlo con la mejor tecnología y en la forma mas óptima para beneficio del país.
El futuro de las energías no está en el empleo de combustibles fósiles, sino en el uso de energías alternativas, sobre todo las renovables; en este caso el problema es almacenarlas en forma estable, y el litio ha dado una opción muy eficiente para poder guardar esta energía.
En México ya se empiezan a explotar ciertos yacimientos, en Sonora están algunas mineras, pero todavía no se hace de forma masiva, reiteró.
Por último, Carlos Rius dijo que la mayoría de los elementos químicos no se encuentran en su forma natural, y en el caso del litio “lo que podemos hallar es óxido de litio con otros metales, debe extraerse de éstos y el proceso metalúrgico para hacer la reducción debe ser eficiente y económicamente factible”.
(Con información de Gaceta UNAM)