México, cuna de madres adolescentes

Durante la adolescencia se define la personalidad, se construye la independencia y se fortalece la autoafirmación. La persona joven rompe con la seguridad de lo infantil, corta con sus comportamientos y valores de la niñez y comienza a construirse un mundo nuevo y propio.

Para lograr esto, el adolescente necesita construir un plan de vida con el apoyo de la familia, la escuela y la sociedad.

Contar con la capacidad de desarrollar un plan de vida ayuda a los adolescentes a tener metas claras y tomar los pasos necesarios para lograrlas. Una de las decisiones más importantes a tomar en cuenta es cuándo tener hijos, porque impacta en la salud, el desarrollo y la posibilidad de seguir estudiando.

Sin embargo, en México, uno de cada cinco nacimientos es de madres adolescentes y más de una tercera parte no fueron planeados.

En el año 2005, casi medio millón de mexicanas menores de 20 años dieron a luz y más de 180 mil madres o embarazadas adolescentes abandonaron la escolaridad básica.

Causas del embarazo adolescente

De los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE), México tiene la tasa de embarazo adolescente más elevado con 77 nacimientos por cada 1,000 mujeres adolescentes.  Además, América Latina es la segunda región con más embarazos adolescentes después de África.

Entender y atender las causas de esta situación es primordial para el futuro de México.

La falta de educación sexual y programas sociales de asesoría adecuados es causa importante del alto número de embarazos prematuros, sin embargo, no son las únicas.

Debemos reconocer también ciertos problemas subyacentes:

Una cultura de desigualdad de género que impide a mujeres jóvenes terminar sus estudios por asumir tareas domésticas y de crianza en el hogar.

Normas que perpetúan la violencia y la impunidad del abuso y la explotación sexual infantil (aún en entornos familiares) que se estima afecta a más de 16 mil adolescentes en México, en su gran mayoría niñas.

La pobreza en comunidades marginadas que ven al matrimonio infantil como una estrategia de supervivencia familiar.

La falta de oportunidades de estudio en comunidades rurales y de una educación de calidad, lo que conllevan a las adolescentes a abandonar la escuela y trabajar o iniciar una vida en pareja.

Consecuencias del embarazo adolescente

El embarazo obliga a las y los adolescentes a iniciar una vida adulta de forma prematura y a asumir obligaciones para las que probablemente no están preparados.  Esta situación tiene efectos negativos en cuanto a salud, seguridad y oportunidades en la vida.

El riesgo de fallecer por causas relacionadas al embarazo se duplica si la madre es menor de 15 años de edad, y las complicaciones durante el embarazo y el parto son la segunda causa de muerte entre mujeres de 15 a 19 años en todo el mundo.

Cada año se practican unos tres millones de abortos peligrosos entre jovencitas de 15 a 19 años, lo que contribuye a la mortalidad materna y a problemas de salud prolongados.

La procreación prematura también implica peligro para los recién nacidos.

En los países de ingresos bajos y medianos, los bebés de madres menores de 20 años se enfrentan a un riesgo un 50% superior de mortalidad prenatal o de morir en las primeras semanas de vida que los bebés de mujeres de 20 a 29 años.

Cuanto más joven sea la madre, mayor el riesgo para el bebé. Además, los recién nacidos de madres adolescentes tienen una mayor probabilidad de registrar peso bajo al nacer, con el consiguiente riesgo de efectos a largo plazo.

El embarazo en la adolescencia puede también tener repercusiones sociales y económicas negativas para las adolescentes, sus familias y sus comunidades.

Muchas mujeres jóvenes embarazadas se ven obligadas a dejar la escuela. Debido a su escasa educación formal o incluso su carencia total de la misma, estas jóvenes tienen menos oportunidades de encontrar trabajo, y en muchos casos se ven obligadas a aceptar empleos mal pagados, peligrosos o incluso en condiciones de explotación.

La falta de preparación para el trabajo de madres adolescentes perpetúa el ciclo de la pobreza entre ciertas poblaciones y conlleva un costo económico para el país, puesto que se pierden la capacidad laboral de un número significativo de ciudadanas.

Estrategia Nacional para Prevenir Embarazos en Adolescentes

Este programa tiene como meta para el 2030 reducir a la mitad los embarazos en madres de 15 a 19 años y eliminar los embarazos entre 13 y 14 años.

Para lograrlo se formó el Grupo Interinstitucional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (GIPEA) integrado por gobierno, organizaciones de sociedad civil y organismos internacionales.

Entre sus acciones se encuentran la generación de conocimiento para encaminar mejor la estrategia; la creación de la primera página web dirigida a la población adolescente con información confiable y sustentada, y el curso virtual “Salud sexual y reproductiva y prevención del embarazo en adolescentes” dirigido a capacitar a los prestadores de servicios de salud enfocados en la población adolescente.

La página lleva por nombre Cómo le hago. La estrategia incluye también campañas nacionales de comunicación para para la prevención del embarazo en adolescentes y de las infecciones de transmisión sexual.

Todos los sectores de la sociedad deben participar activamente para prevenir el embarazo adolescente (Gobierno en todas sus instancias, medios de comunicación, organismos de la sociedad civil, empresas y público en general).

Sólo con la participación de todos en conjunto podemos proteger la salud y el desarrollo de miles de adolescentes que, en este momento, por diferentes causas, se encuentran en riesgo de vivir un embarazo prematuro.

(Con información de Daniel González, Oficial Nacional de Comunicación UNICEF, vía Forbes)

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