La paz empeora en México por primera vez en cinco años
Ciudad de México.– Por primera vez en cinco años, el nivel de paz en México se deterioró durante el año pasado, de acuerdo con la versión más reciente del Índice de Paz México.
El índice atribuye el deterioro al aumento de la tasa de homicidios en un 18 por ciento, pese a que sí ha disminuido en comparación con 2011, un punto álgido en México a causa de la guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado que lanzó el gobierno hace siete años.
El índice, realizado a partir de datos oficiales del instituto estadístico mexicano y del Sistema Nacional de Seguridad Pública, señala que en el último año la tasa de homicidio fue de 16 asesinatos por cada 100 mil habitantes, mientras que el promedio global es de 7 homicidios por cada 100 mil0 habitantes. Eso significa que México sigue estando “a más del doble del promedio mundial”, señaló Patricia de Obeso, coordinadora en el país del Instituto para la Economía y la Paz (IEP por su sigla en inglés), el grupo de investigación que elabora el Índice de Paz México.
Un peor nivel de paz tiene fuertes implicaciones para las políticas públicas, empezando por el gasto en materia de seguridad para los policías o las fuerzas armadas que no necesariamente ha resultado en una mejor capacitación o en salarios más altos. “La estrategia es donde se ha quedado a deber, no tanto si hemos gastado mucho, sino cómo se han destinado los recursos” para la contención de la violencia, señaló De Obeso.
La violencia le costó al país 3.07 mil millones de pesos mexicanos (aproximadamente 160 millones de dólares al tipo de cambio actual) durante 2016, lo que representa el 18 por ciento del producto interno bruto del país y un promedio de 25.130 pesos por cada habitante de México, de acuerdo con el índice.
“Ese costo del miedo, la inseguridad o la pérdida de padres de familia”, señaló De Obeso, “es casi como un impuesto a la seguridad que se nos cobra a todos los mexicanos por año”.
Los hallazgos del IEP —que también estudia la situación de paz global y de terrorismo— se dan a conocer una semana después de que el presidente Enrique Peña Nieto dijera durante un discurso que la crisis es algo que tienen “en sus mentes” algunos mexicanos, y en el contexto de una creciente preocupación por situaciones como la defensa de los derechos humanos, la investigación en casos de desapariciones o la violencia que enfrentan los periodistas por ejercer sus labores.
Sí hubo mejoras en algunos indicadores, como en la tasa de presos sin condena —disminuyó 13 por ciento, aparentemente por la aplicación de un nuevo sistema de justicia que busca ser más expedito— o en la tasa de delitos cometidos con violencia, como la extorsión o el robo.
Aunque estos dos cayeron, el abuso sexual aumentó, lo que indica que “la violencia va mucho más allá del crimen organizado”, aunque muchas veces este sea el que atrae más la atención del gobierno, señaló De Obeso.
El IEP no solo incluye en su estudio la paz negativa —la ausencia de violencia o de miedo a esta—, sino lo que llama paz positiva: el acceso a servicios o “las actitudes, estructuras e instituciones” que vuelven sostenible la situación pacífica de un país. Bajo este último rubro, por ejemplo, aunque un país tenga una tasa baja de homicidio u otros delitos todavía podría presentar niveles de paz indeseables debido a políticas públicas autoritarias.
En el índice global de paz del año pasado —el nuevo reporte saldrá aproximadamente en junio—, México quedó en los últimos lugares en términos de paz negativa (el puesto 140 de 163 naciones), por lo que sigue “sigue siendo de los países menos pacíficos de la región” latinoamericana, según De Obeso. Aunque en términos de paz positiva está en el lugar 65, lo que señala “que hay buenas capacidades estatales, pero no están siendo bien utilizadas” para generar paz efectiva.
Las mayores preocupaciones de los mexicanos son justamente la inseguridad, la corrupción y la impunidad, según una encuesta oficial sobre percepción de seguridad pública.
“Ahí es donde parece que nuestro Estado no necesariamente está funcionando”, dijo Daniel Vázquez, investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) en México y quien participó en la presentación del reporte, por lo que “este índice muestra que el problema es principalmente de voluntad política”.
(Con información de The New York Times)