La crisis humanitaria de los desplazados en Yemen

Miles de personas viven en estos momentos en condiciones precarias, con muchas dificultades para recibir atención médica y agua

Desde finales de marzo, los combates en la gobernación de Hajja, en Yemen, se han intensificado. El conflicto entre las tropas de Ansar Allah y las fuerzas leales al presidente Hadi, respaldado por la coalición liderada por Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, ha provocado millones de desplazados.

Algunos han buscado seguridad en Khamer, en la vecina gobernación de Amran, donde los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) brindan atención médica y quirúrgica.

Estas nuevas familias desplazadas se han unido a otras muchas que ya vivían en el exilio en Khamer desde hacía varios años tras huir de los combates. En el campo de Dahadh, casi 3 mil 500 personas viven en estos momentos en condiciones precarias, con muchas dificultades para recibir atención médica y agua.

Los equipos de MSF han distribuido kits de emergencia a personas desplazadas en el campo en múltiples ocasiones y organizaron clínicas móviles para brindar atención médica. Después, propietarios de las tierras donde se asienta el campamento denegaron el acceso al sitio.

Dos de cada tres desplazados del campo de Dahadh llegaron en 2015, al inicio de la guerra. Huían del bombardeo aéreo masivo por parte de la coalición sobre la gobernación de Saada, un bastión de Ansar Allah.

Según Yemen Data Project, que recopila datos sobre el conflicto, Saada ha concentrado casi una cuarta parte de todos los ataques aéreos de la coalición desde que comenzó la guerra. Declarada zona hostil por la coalición en 2015, constituye la gobernación más bombardeada de Yemen.

En junio de 2018, la ofensiva de la coalición contra la ciudad de Hudaida generó una nueva ola de personas desplazadas que cruzaban la gobernación de Amran. Fátima y su esposo, un pescador del Mar Rojo, huyeron de los combates y los bombardeos sobre la ciudad en julio del año pasado y encontraron refugio en el campo de Dahadh.

Fátima todavía recuerda la odisea: 12 horas interminables recorriendo los 300 kilómetros que separan Hudaida y Khamer, y el miedo que sintió cuando escuchó el ruido de los combates aproximándose a su casa. La pareja ahora vive en el extremo del campo, en una tienda de campaña, lejos del mar.

Tuabit es el supervisor del campo de Dahadh. Lamenta la falta de servicios y reclama más letrinas, especialmente para las mujeres que no pueden ir solas de noche debido a que estas están ubicadas muy lejos. Tiene en la memoria la noche en que su familia huyó de Saada y el interminable camino a través de la gobernación.

La familia de Tareq llegó a Khamer en febrero de 2018 huyendo de los combates en Kuchar. El hijo de Tareq murió porque no pudo recibir atención médica, quedaron completamente aislados y atrapados en fuego cruzado.

Antes de llegar a Khamer, la familia tuvo que superar multitud de puestos de control. Ahora, los 26 miembros de la familia viven juntos en una casa grande. Tareq no quiere volver a Kuchar: sus tierras están muy castigadas y prefiere quedarse en Khamer, a salvo.

Mohammed Hamoud, toca el oud (laúd árabe). Vive en el campo de Dahadh que se levanta a un kilómetro de la ciudad de Khamer, cerca del mercado de qat, un estimulante vegetal que se consume en Yemen, Etiopía, Somalia y otros países árabes vecinos del Cuerno de África.

Imagen del campo de Dahadh. A principios de año, 20 mil personas fueron forzadas a huir de sus aldeas y ciudades a causa de los enfrentamientos en el norte de Abs y en la gobernación de Amran y vinieron a sumarse a las miles de familias que ya estaban en el exilio.

Las batallas más violentas estallaron en Abs, cerca de la frontera con Arabia Saudita, donde MSF apoya a un hospital de campaña. Se trata del mismo centro que fue parcialmente destruido por un ataque aéreo de la coalición el 15 de agosto de 2016 y que mató a 19 personas. Dos años después, en junio de 2018, un nuevo bombardeo de la coalición destruyó un centro de tratamiento de cólera que acababa de ser construido por MSF en la misma ciudad.

Desde la primavera pasada, Ahmad vive con su esposa y sus tres hijos en las ruinas de una antigua casa cerca de la Mezquita Khamer. Proceden de la gobernación de Hajja, de donde huyeron en abril.

Ahmad, quien trabajaba como comerciante, perdió todo en los combates y bombardeos que afectaron a Kuchar, un área montañosa a unos 50 kilómetros de la frontera con Arabia Saudita. En marzo, más de 5 mil 300 familias lograron huir del distrito, pero miles más quedaron atrapadas en las zonas afectadas por los combates sin posibilidad de refugio. Según Naciones Unidas, hay alrededor de 3.65 millones de personas desplazadas en Yemen.

(Con información de El Financiero)

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