La criminalidad es peor que el virus: migrantes de Lesbos

En este campamento, el más sobrepoblado de Europa, hay 17 mil personas confinadas en un lugar donde sólo hay espacio para tres mil

“La violencia es peor que el virus”, dice la afgana Nazifa, que forma parte de los miles de solicitantes de asilo instalados en el campamento de migrantes de la isla griega de Lesbos.

A Nazifa le preocupa el aumento de la criminalidad durante el confinamiento de los habitantes de los campos de migrantes, que el gobierno griego volvió a prolongar hasta el 21 de junio.

En este campamento, el más sobrepoblado de Europa, con 17 mil personas donde hay lugar para solo 3 mil, la tensión subió desde el confinamiento impuesto desde mediados de marzo, una semana antes del confinamiento general del país, y que ya ha sido prorrogado en dos ocasiones para impedir la propagación del nuevo coronavirus.

Además de la frustración diaria del confinamiento, los solicitantes de asilo expresaron a la AFP su miedo frente a la proliferación de actos de violencia, especialmente con cuchillo, entre los diferentes grupos étnicos.

“La situación se agrava día a día”, agrega el sirio Muhammad, bloqueado en Moria desde hace siete meses con su mujer embarazada y su hija.

“Tenemos miedo por nuestros niños. Cada día hay problemas y cada noche se pelean con cuchillo”, dijo.

Desde el inicio del año, cinco solicitantes de asilo murieron por arma blanca, entre ellos un menor y una mujer, mientras otros diez resultaron heridos en riñas entre migrantes.

Nazifa, una ex maestra de Kabul, habla de “riñas entre las comunidades hazaras y tayikos”, grupos étnicos de Afganistán.

“Hay gente que vienen a nuestras carpas para preguntarnos a cuál grupo étnico pertenecemos y se enfurecen cuando uno les dice que no pertenece ni a uno ni a otro”, dice la mujer.

“Todos se ocupan del coronavirus, pero nadie de los refugiados”, dice esta refugiada, ya extenuada por largas filas de espera para ir a los servicios sanitarios o a recuperar la comida.

“El virus no llegó al campamento”

Para Ibrahim, ingeniero afgano, que llegó hace seis años a Moria, “más que el coronavirus, el gran problema aquí es la seguridad”.

“Solo hay cien policías para unas 20 mil personas”, afirma este padre de familia.

Lamenta la decisión del gobierno de prolongar por dos semanas más el confinamiento, cuando desde el 4 de mayo el resto de Grecia vuelva paulatinamente a la normalidad y el lunes se declara abierta la temporada turística.

El gobierno prolongó las restricciones de movimiento en los campos en tres ocasiones, el 10 de mayo, el 21 de mayo y el 7 de junio.

Según las autoridades, el covid-19 no llegó por ahora a los grandes campamentos de registro y albergue de migrantes situados en cinco islas del mar Egeo, entre ellas Lesbos, donde viven en total 31.000 personas cuando hay cupo para 6 mil.

“Si el virus no llegó al campamento, ¿por qué nos guardan aquí?”, pregunta Ibrahim.

“No podemos ir a hacer compras, intentamos una vez y la policía nos obligó a regresar”, se lamenta Ibrahim. Y solo un bus lleva a Mitilene desde Moria, pero “hay tanta gente que el distanciamiento físico no es respetado”, dijo.

Según el ministerio de Migraciones, los solicitantes de asilo confinados están autorizados a salir por pequeños grupos y por un tiempo limitado bajo vigilancia policial.

Muchas ONG, entre ellas Médicos Sin Fronteras (MSF), calificaron la extensión del confinamiento de “discriminatorio” y perjudicial.

“El prolongamiento reducirá aún más el acceso de migrantes a los servicios básicos y de salud. En la fase actual de la epidemia del covid-19, no está justificado”, indicó Marco Sandrone, responsable de MSF en Lesbos.

“La población en los campamentos no representa peligro, pero sí está en peligro”, advirtió.

La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) también llamó al levantamiento de las medidas excepcionales “lo más pronto posible”.

Presionado para reducir la población de los campamentos en las Islas del Egeo, el gobierno traslada con cierta regularidad a los solicitantes de asilo al continente.

En el puerto de Mitilene, centenares de están hacinados en espera de embarcarse en el ferry que lleva al puerto de El Pireo, cerca de Atenas.

(Con información de AFP)

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