Intercambia la UNAM experiencias de género
En los espacios universitarios se reproducen las relaciones desiguales de género que vienen de un contexto social y cultural más amplio
En la Universidad Nacional se busca combatir la violencia de género y, entonces, garantizar la igualdad sustantiva dentro de esta casa de estudios, afirmó Tamara Martínez Ruiz, coordinadora para la Igualdad de Género de la UNAM.
La Universidad Libre de Bruselas y Universidad Nacional Autónoma de México, también son espacios de reproducción de las desigualdades, donde sus miembros, hombres y mujeres, continúan relaciones de género que vienen de un contexto social y cultural más amplio.
Tampoco se debe olvidar que la violencia que ocurre en el contexto universitario vulnera el derecho a la educación, pues si la seguridad en las aulas no es una garantía, así como en las relaciones que se generan dentro de su campus, entonces tampoco es posible hablar de un derecho integral cumplido, añadió la funcionaria.
Martínez Ruiz expuso que en la UNAM se busca combatir esa violencia mediante la efectividad en la atención de los casos que se registran, con estrategias de sensibilización y prevención, y llevando a cabo reformas y acciones legales que logren la permanencia de estrategias y programas “para llegar a una comunidad más paritaria, igualitaria y sin violencia”.
Igualmente, destacó que las mujeres estudiantes encabezan un cambio social nacional y mundial, en favor de la igualdad y en contra de la violencia de género.
En el caso de la UNAM, los pliegos petitorios de las comunidades estudiantiles, principalmente de mujeres, fueron recopilados por la coordinación a su cargo.
Por medio de dichos pliegos, abundó, se busca hacer frente a la mencionada violencia a partir de la construcción de procesos que sean efectivos para prevenir, atender, investigar, dar seguimiento y acompañamiento a las víctimas, que se logre sancionar a los agresores, se reparen los daños o se construyan nuevas formas de tejido social desde una demanda, para lograr la igualdad de género.
Tamara Martínez Ruiz anunció que está por iniciar un sistema que permita a cada entidad monitorear cómo va en las distintas estrategias al respecto, para conocer qué falta por hacer a partir de diagnósticos comunitarios. También, se está emprendiendo un proyecto en la temática de masculinidades, con sectores estudiantiles y académicos, entre otras acciones.
Olivia Tena, investigadora del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH), mencionó que el proceso por el que han transitado las activistas estudiantes universitarias de hoy, las que han provocado cambios en los reglamentos, “no difiere mucho de lo que hemos transitado otras mujeres que nos identificamos como feministas académicas. Las mujeres organizadas están trastocando a nuestra Universidad”.
Recordó que después de la creación del entonces Programa Universitario de Estudios de Género en los años 90 del siglo pasado, que inició con un ímpetu muy político y feminista, de pronto se produjo una pausa y “nos preguntábamos en dónde estaba el relevo generacional. Y de repente inició el movimiento reciente, pero con las mismas demandas que se tenían en los años 70, cuando comenzó el feminismo en la Universidad Nacional”.
Aquél también peleaba contra la violencia; sin embargo, no existían entonces las posibilidades reales, materiales y simbólicas para que hubiera avances como los hemos visto en la actualidad, consideró.
Voluntad, esencial
Norma Blazquez Graf, académica y exdirectora del CEIICH, expuso que la voluntad “desde arriba” es esencial para generar políticas de género en las universidades e impulsarlas. “Cuando existen, se forman nuevas instancias que apoyan, impulsan y permiten que haya esta inclusión de políticas en nuestras instituciones de educación superior”.
Pero a la par, subrayó, son muy relevantes las redes que se dan dentro de las instancias educativas. Así como las estudiantes han sido un detonador sumamente significativo en estos momentos, también son muy importantes las redes y grupos de científicas y académicas que han estado presentes en la Universidad y que no siempre se consideran.
Por último, David Paternotte, profesor asociado y vicedecano de Relaciones Internacionales de la Facultad de Filosofía y Ciencias Sociales de la Universidad Libre de Bruselas, rememoró que en el tema esa institución ha tomado distintas acciones; por ejemplo, en 2017 se organizó el evento Universidad Libre de Acoso, una de las primeras veces que se abordó esa problemática en esa institución; “funcionó bien y luego se efectuó una campaña de carteles en conjunto con la Universidad de Ginebra, con eslóganes sobre esa realidad”.
En términos de política de género se han tenido políticas gubernamentales muy claras. Empero, reconoció, en ellas, los estudiantes y los investigadores no tienen mucha participación, finalizó.
(Con información de Gaceta UNAM)