Hilarion Capucci: el arzobispo contrabandista
Cuando Israel arrestó a Hilarion Capucci por contrabando de armas en 1974, el hecho dio la vuelta al mundo.
Capucci era entonces el líder de la iglesia católica greco-melquita en Jerusalén y había sido acusado de utilizar su auto Mercedes para pasar ilegalmente armas a los militantes palestinos.
Nunca antes un clérigo cristiano de tan alto rango había sido acusado de tales delitos por Israel.
El prelado fue condenado a prisión. Pero después de cumplir dos años de su sentencia, el Vaticano -a quien la iglesia greco-melquita está adscrita- ayudó a asegurar su liberación.
Capucci, que murió el lunes a los 94 años en Roma, vivió una vida de activismo vinculado a los conflictos de Medio Oriente, en particular a la causa palestina.
Al conocerse su muerte, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas ofreció sus condolencias y lo describió como «un gran luchador por la libertad».
Capucci nació en la ciudad siria de Alepo en 1922.
Fue sacerdote de la Orden de San Basilio de la Iglesia greco-católica melquita de Alepo desde 1947 y posteriormente, en 1965, fue nombrado vicario patriarcal de Jerusalén y arzobispo de Cesarea Palestina.
Así se convirtió en líder de la pequeña comunidad greco-católica melquita, que sumaba unos 4.500 cristianos en Jerusalén, Cisjordania e Israel central.
La Iglesia greco-católica melquita reconoce el primado del Papa de Roma en asuntos de la fe, pero sigue los ritos bizantinos en temas de liturgia y disciplina clerical.
Arresto y sentencia
Como líder religioso en la región, el arzobispo podía viajar a través de la frontera de Israel y Líbano sin ser sometido a inspecciones.
Pero en agosto de 1974, cuando viajaba de Beirut a Jerusalén, fue detenido por las fuerzas de seguridad israelíes.
Según las autoridades, en su auto se encontró una provisión de armas: cuatro rifles Kalashnikov, dos pistolas, municiones y granadas, 100 kilos de dinamita y varios detonadores, que estaban destinados a la Organización de Liberación Palestina (OLP).
Capucci insistió en que había sido forzado a transportar las armas.
Pero las autoridades israelíes, que mantenían bajo vigilancia al prelado, se mostraron impasibles.
Y un tribunal israelí lo condenó por acusaciones que incluían transportar armas ilegales contrabando y mantener contacto con agentes extranjeros.
Entre esos agentes estaba Khalil al Wazir, el importante militante palestino conocido por su nombre de guerra Abu Jihad, uno de los fundadores del partido nacionalista a secular Fatah.
Intervención papal
Capucci fue sentenciado a 12 años en prisión en diciembre de 1974.
Durante el juicio, se dirigió a la corte en árabe y dijo que «si Jesús estuviera vivo hubieran llorado los dos juntos».
El entonces líder de la OLP, Yasir Arafat, calificó la condena de «un crimen terrible».
El Vaticano observó los hechos «con gran dolor». El supervisor del arzobispo, el patriarca melquita de Antioquía Maximos V. Hakim, pidió su liberación y voló a Roma para discutir la situación con el papa Pablo VI.
Después de una intervención personal del Papa, Capucci fue liberado en 1977.
La liberación estipulaba que el clérigo no podía ser asignado a misiones en Medio Oriente y fue enviado a América Latina «a servir a las comunidades melquitas en la región».
El arzobispo, sin embargo, continuó con su activismo.
Y en 1979 fue a Damasco para asistir a una reunión del Consejo Nacional de la OLP, del cual era miembro.
Ese mismo año intentó mediar en la crisis de los rehenes de Irán en 1979, cuando el nuevo gobierno de ese país retuvo a 66 diplomáticos y ciudadanos de Estados Unidos.
Se dijo que Capucci indignó a muchos de los estadounidenses cautivos con sus comentarios durante una visita para verificar su bienestar en 1980, el arzobispo jugó un papel en la transferencia de los cuerpos de ocho pilotos estadounidenses que murieron en una fallida misión de rescate.
En 1990 viajó al Irak de Sadam Hussein para ayudar a asegurar la liberación de 68 italianos a quienes se impidió salir del país después de la invasión de Kuwait.
Diez años después, Capucci llevó una delegación de clérigos e intelectuales a Irak en lo que dijo era una muestra de solidaridad contra las sanciones impuestas por Naciones Unidas.
En 2010, ya con 88 años, el clérigo estuvo a bordo del barco turco Mavi Marmara que participaba en una flotilla de ayuda -la llamada «Flota de la Libertad»- para romper el bloqueo a la Franja de Gaza impuesto por Israel.
La embarcación fue interceptada por comandos israelíes que saltaron a bordo descendiendo de helicópteros. En los enfrentamientos que siguieron murieron 10 activistas turcos.
Capucci declaró que la incursión había sido injustificada.
En una entrevista con Al Jazeera, el prelado afirmó que había participado en los esfuerzos de ayuda al territorio palestino, para «reunirse con los hermanos torturados, perseguidos y dañados de Gaza y mostrarles que estamos con ellos moral y espiritualmente».
El Vaticano confirmó la muerte de Capucci el lunes, pero no dio detalles sobre cómo o cuando ocurrió. (Con información de BBC)