En defensa de un ocio verdadero

La primavera pasada olvidé la palabra “pasatiempo”. Había salido a caminar con unos amigos y les estaba explicando lo feliz que mi pareja se ha sentido desde que armó una banda musical hace poco con algunos amigos.

“Creo que es bueno tener esta salida creativa que no es trabajo”, les dije a mis amigos. “No tiene que ser algo para ganar dinero, solo es algo que les permite relajarse y divertirse”.

Mis amigos me recordaron que hay una palabra para definir eso.

Para muchos de nosotros, las expectativas de tener una vida productiva en todo momento han hecho que los pasatiempos sean cosa del pasado, relegados a simples recuerdos de lo que solíamos hacer en nuestro tiempo libre. Aun peor: muchos pasatiempos se han convertido en un trabajo extra o en puntos de partida para desarrollar una carrera, convirtiendo lo que supuestamente hacemos por diversión en… más trabajo. (“¿Te gusta bordar? ¡Deberías vender lo que haces!”).

Es momento de que dejemos de pensar los pasatiempos en términos de productividad: su valor está más allá de su relación con el trabajo. Sí, los estudios han demostrado que tener un pasatiempo puede hacer que seas más productivo en el trabajo, pero los pasatiempos también te pueden recordar que el trabajo no lo es todo.

“¿No crees que te delata mucho el haberla olvidado?”, me dijo Brigid Schulte, autora de Overwhelmed: Work, Love and Play When No One Has The Time, cuando le conté que no había podido recordar la palabra.

“Es un indicador claro de lo que sucede en nuestra cultura en este momento, en el que puedes olvidar que existe algo que te gusta que no está ligado al trabajo ni a la productividad”, dijo Schulte.

Como cualquier hábito, hay que cultivar de manera activa darse tiempo libre o adquirir un pasatiempo.

Mientras hacía investigaciones para su libro, Schulte se dio cuenta de la cantidad de actividades que son presentadas como si su propósito fuera aumentar la productividad y no solo ser disfrutables. Notó que a muchas personas les costaba trabajo dejar de pensar en esos términos, aunque descubrió que recalcar “los estudios sobre la necesidad de un espacio donde estés en calma y que te lleve a la introspección” ayudaba a alejarnos algo de ese modo de ver los pasatiempos.

Sin embargo, Shulte añadió que incluso cuando saben que es así las personas siguen considerando que los pasatiempos son medios para mejorar su desempeño en el trabajo.

De hecho, la relación conflictiva con el ocio no es nueva. Mucha gente no tiene acceso a descansos pagados; la que sí lo tiene muchas veces no toma todos sus días de vacaciones o pasa sus días libres revisando correos electrónicos del trabajo. A muchos nos educaron para repudiar la improductividad y hemos estructurado nuestra cultura alrededor del trabajo, en vez del esparcimiento.

Lo más curioso de todo esto es que, en cierta forma, los pasatiempos sí te convierten en alguien más productivo. Un estudio realizado en 2009 demostró que dedicar más tiempo a actividades recreativas tiene una correlación con la presión arterial baja, menores niveles de depresión y de estrés, un mejor estado psicológico en general y un mejor desempeño físico. Los pasatiempos también pueden motivar tu creatividad o permitir que observes los problemas desde otro ángulo tras concentrarte en algo más.

Claro que presentar de esta manera los pasatiempos conlleva el problema original: hemos profesionalizado y productivizado nuestros descansos del mundo laboral.

“Al pensar en la relación entre trabajo y ocio, podría argumentarse que en lugar de pensar cómo el esparcimiento puede fomentar una mayor productividad en el trabajo, una consideración más importante sería pensar en cómo el trabajo inhibe nuestro tiempo libre”, dijo Thomas Fletcher, presidente de Leisure Studies Association (asociación para el estudio del ocio) y profesor sénior de la Universidad Leeds Beckett en el Reino Unido.

Si vemos nuestro trabajo como algo que hacemos para poder disfrutar de tiempo libre, en lugar de ver nuestros pasatiempos como algo que reduce el estrés para que podamos volver al trabajo, podríamos realmente comenzar a disfrutar nuestras vidas (ya sé, qué disparate).

Cuando tenemos la oportunidad de gozar de tiempo de ocio real o no lo tomamos o nos sentimos culpables por hacerlo.

Vale la pena mencionar que, para muchas personas, hay obstáculos estructurales para tener pasatiempos y momentos de ocio. Es más fácil tener un pasatiempo si cuentas con factores como un salario fijo, un costo de vivienda accesible y un sitio confiable para el cuidado de los hijos. Si tienes dos trabajos y dependes de una cartilla de racionamiento o de cupones para poder comprar alimentos, es mucho menos probable que empieces a tomar clases de acuarela.

Sin embargo, hay una razón por la que incluso los que contamos con vacaciones pagadas no las estamos tomando y por la cual en lugar de salir a las cinco de la tarde del trabajo, estamos revisando el correo electrónico y los mensajes de la oficina hasta que nos quedamos dormidos.

“Existe esta cultura orientada a los logros”, dijo Schulte, que nos enseña que nuestro único propósito debe ser producir. ¿Por qué tomar clases de guitarra si no te vas a convertir en el mejor? ¿Por qué hacer algo que no puedes vender? Mejor invierte tu tiempo en hacer algo que sí tenga valor real. “Te mantienes ocupado y sientes que no lo mereces y que necesitas ganártelo”, dijo.

Fletcher recalcó este punto: cuando tenemos la oportunidad de gozar de tiempo de ocio real o no lo tomamos o nos sentimos culpables por hacerlo.

“En resumen”, dijo, “el tiempo de esparcimiento que pasamos haciendo lo que queramos es una aspiración y, cuando llega, termina siendo un placer culposo (con énfasis en el factor de la culpa)”.

Así que, ¿qué se necesitará para que eliminemos esa culpa y comencemos un proyecto por pura diversión? Según Schulte, la mayoría de la gente no se da cuenta del valor de su tiempo libre hasta que se obliga a tomarlo, y cuando lo hace no puede parar.

“Tienes que comenzar a experimentar este tipo de momentos, y una vez que te des cuenta de lo que hacen por ti y lo valiosos que son, vas a querer más”, dijo. “Y podrás de hecho tomar la decisión de crear espacio para tomarlos”.

Como cualquier hábito, hay que cultivar de manera activa darse tiempo libre o adquirir un pasatiempo. Y sí, pueden reducir tu estrés y despejar tu mente, lo que quizá te ayude en el ámbito laboral. Pero ¿cuál es el beneficio más significativo? Podrás, al fin, “sumergirte en la maravillosa experiencia de estar vivo”, dijo Schulte.

(Con información de The New York Times)

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