Empleadas domésticas están sujetas a explotación laboral
Al menos 9 de cada 10 trabajadores domésticos en México son mujeres y la mitad de ellas recibían menos de un salario mínimo por su trabajo
En México se estima que previo a la pandemia había 2 millones 500 mil trabajadores domésticos de los cuáles 96.7 por ciento trabajan en condiciones informales, reportó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) a propósito del Día Internacional del Trabajo Doméstico.
La precariedad bajo las que se regula este trabajo se distinguen por las brechas de género. Nueve de cada diez trabajadores domésticos remunerados en México eran mujeres y la mitad de ellas recibían menos de un salario mínimo por su trabajo, mientras que en el caso de los hombres uno de cada cuatro percibía un salario mínimo.
Incluso en los rangos salariales más altos para esta actividad, predominantemente informal, por cada mujer que percibió ingresos de 2 a 3 salarios mínimos, tres hombres se encontraron en ese nivel de percepción principalmente laborando como jardineros y choferes, actividades en las que no hay presencia femenina, reportó el organismo con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) al cierre de 2019.
Estas distinciones también se advierten en el acceso a prestaciones sociales. La ENOE, para el cuarto trimestre de 2019, estima que 73.8 por ciento de las personas que realizaban trabajo doméstico remunerado no contaban con prestaciones laborales, pero en el caso de las mujeres sin este derecho avanza a 75 por ciento, mientras en los hombres es de 64.9 por ciento.
En general, los 2 mil 500 millones de trabajadores domésticos del país representaban el 4.5 por ciento de los trabajadores hasta diciembre pasado, previo a que el mercado laboral, ya en su mayoría informal, expulsara a 12.5 millones de trabajadores en el primer mes de freno económico.
De esos trabajadores domésticos 92.5 por ciento son asalariados informales, 3.1 por ciento son trabajadores informales por cuenta propia y 1.0 por ciento son trabajadores informales con percepciones no salariales, abundó Inegi.
El no tener acceso a servicios de salud es una característica general del trabajo doméstico remunerado, acentuada en el caso de las mujeres, dado que sólo 2.1 por ciento de ellas cuentan con acceso a servicios de salud como prestación laboral. Por su parte, 11.7 por ciento de los hombres declararon contar con este derecho.
Con relación al nivel educativo, 6.8 por ciento de los trabajadores domésticos no cuentan con escolaridad; 37.6 por ciento cuentan con educación primaria (al menos con un año aprobado); 36.8 por ciento con estudios de secundaria (al menos con un año) y 18.5 por ciento cursaron un grado o más de nivel medio superior o superior.
En general, hay un mayor grado de escolaridad en los hombres que se dedican a esta actividad, reportó el organismo.
(Con información de La Jornada)