El sueño truncado de las madres adolescentes en África
Addis Abeba, Etiopía. Miles de niñas embarazadas y madres adolescentes no asisten a escuelas en África debido a políticas públicas punitivas o a la falta de leyes que permitan su reincorporación, tanto a nivel nacional como continental.
Guinea Ecuatorial, Sierra Leona y Tanzania siguen prohibiendo a las féminas en esa condición ir a los colegios públicos, pero más de una veintena de naciones tampoco cuentan con estrategias adecuadas de protección al respecto.
En junio, Burundi se unió al grupo donde prevalecen los impedimentos en ese sentido. Incluso, el Ministerio de Educación restringió el acceso a centros de enseñanza a los padres menores.
La normativa es contraria a la constitución del país y a muchas leyes nacionales, y socava los objetivos educativos del Estado, detalló el profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Addis Abeba, Desta Gebrehiwot.
De hecho, la legislación burundesa contra la discriminación de género protege el derecho a volver a la escuela y aclara la obligación de los funcionarios de respetar el mismo y salvaguardar a las madres adolescentes del estigma y la exclusión social.
Algunos gobiernos que enfrentan altas tasas de embarazo entre los estudiantes han adoptado disposiciones muy pragmáticas para apoyar a las niñas en sus aspiraciones académicas, al tiempo que abordan las causas fundamentales de la concepción en edades tempranas a través de campañas de concientización ciudadana.
Por ejemplo, Gabón, Kenya y Malawi tienen políticas de ‘continuación’ o ‘reinserción’, que les exigen abandonar el curso lectivo, pero brindan vías para retornar, siempre que cumplan con ciertas condiciones.
No obstante, incluso en estos países, la mayoría no se puede reincorporar debido a la aplicación inapropiada de las leyes, y un control deficiente del reingreso a la educación, refirió el sociólogo del Centro de Estudios Estratégicos, Bethlehem Asfaw.
Investigaciones sobre el tema encontraron que las adolescentes pueden quedarse fuera del plan de aprendizaje debido a la falta de conciencia entre maestros, funcionarios escolares y comunidades acerca del hecho de que pueden y deben volver a estudiar.
A su vez, se ven muy afectadas por las barreras financieras, la falta de apoyo de sus familias o diversos estereotipos, añadió Asfaw.
Los aspectos punitivos y perjudiciales de algunos mecanismos de reingreso, como largos períodos de baja por maternidad y complejos requisitos de aceptación, entre ellos certificación médica y cartas de autoridades, pueden disuadirlas de ponerse al día con el conocimiento, en opinión de observadores.
La Unión Africana (UA) a través de su Agenda 2063 -una estrategia de desarrollo económico y social para África- se ha comprometido a construir el ‘capital humano’ de la región, que denomina ‘su recurso más valioso’ mediante inversiones sostenidas en educación, incluida la ‘eliminación de las disparidades de género en todos los niveles’.
Aislarlas solo porque están embarazadas o casadas les niega la oportunidad de aprender y adquirir habilidades lucrativas para desarrollarse a sí mismas y a quienes dependen de ellas. Como uno de los países más pobres del mundo, Burundi debería estar capacitando a sus niñas, no impidiéndoles estudiar, destacó Gebrehiwot.
La UA, así como los Estados miembros, deberían instar a los responsables a revertir esas prohibiciones. El bloque comunitario necesita lanzar un llamado general con miras a aliviar la discriminación y conceder así la debida atención que el asunto amerita, sugirieron los especialistas.
La concepción y la crianza de los hijos son eventos importantes que cambian la vida. Muchas, a consideración de los estudiosos, son estigmatizadas o rechazadas, con poco o ningún apoyo a su alrededor. Son condenadas a un sufrimiento innecesario, que termina por truncar el sueño de prosperidad de toda una vida.
Más de 49 millones de menores de edad están fuera de la escuela primaria y secundaria en África subsahariana debido al compromiso marital temprano y al embarazo antes de alcanzar la adultez, según datos da Naciones Unidas.
Además, en esa misma área geográfica, el 40 por ciento de las niñas se casan antes de los 18 años, mientras 15 de los 20 territorios con las tasas más altas de matrimonio infantil en todo el mundo se encuentran en el continente.
(Con información de Prensa Latina)