El Otoño de la Primavera Árabe
Desde el exilio del tunecino Zine el Abidine Ben Alí hasta la liberación de Hosni Mubarak, pasando por la ejecución del libio Muamar Gadafi, esto es lo que pasó con los dirigentes que gobernaban durante la Primavera Árabe, en 2011.
Mubarak, absuelto y puesto en libertad
Hosni Mubarak, que dirigió Egipto durante 30 años con mano de hierro, es obligado a dimitir el 11 de febrero de 2011 tras una revuelta popular de 18 días que generó una sangrienta represión. Desde su detención en abril de 2011, Mubarak pasa la mayor parte de su tiempo retenido en un hospital militar de El Cairo.
Después de un lapso democrático entre mediados de 2012 y de 2013 que alza al islamista Mohamed Mursi a la presidencia, Egipto recae en manos de los militares con Abdel Fatah al Sisi.
Condenado a cadena perpetua por complicidad en la muerte de 846 manifestantes durante las revueltas, Mubarak es finalmente absuelto el 2 de marzo de 2017, con 88 años. Después de salir del hospital militar de El Cairo en que pasó la mayor parte de sus seis años de detención, Mubarak debe volver a su ciudad, Heliópolis.
Ben Alí, condenado y en el exilio
El expresidente tunecino Zine el Abidine Ben Alí y su segunda esposa viven en Arabia Saudí desde el 14 de enero de 2011 y su huida de Túnez. Ben Alí es el primer dirigente de un país árabe en abandonar el poder ante la presión popular.
Dueño todopoderoso de Túnez durante 23 años, Ben Alí, de 80 años, se expresa esporádicamente a través de los comunicados de un abogado libanés.
La pareja obtuvo múltiples condenas, en especial por casos de corrupción. Ben Alí también fue condenado tres veces a cadena perpetua por la represión de las manifestaciones de la revolución, que dejó 338 muertos.
Asad: la elección de la fuerza
Cuando en marzo de 2011 la revuelta resuena en Siria, Bashar al Asad la reprime sin piedad y se embarca en una guerra contra los rebeldes, a los que equipara a «terroristas manipulados» por el extranjero.
La insurrección apoyada por los países del Golfo, Turquía y países occidentales llega a su apogeo en 2012 y apuesta por la caída del régimen. Pero el apoyo de Rusia e Irán invertirá la situación en beneficio de Asad a partir de 2015.
En seis años, la guerra en Siria, convertida en un complicado conflicto que involucra a varios países y grupos yihadistas, dejó más de 320.000 muertos y millones de desplazados y refugiados.
Gadafi, ejecutado
Después de 42 años al frente de Libia, todo se tambalea el 15 de febrero de 2011 para Muamar Gadafi. Un movimiento contra su régimen arranca en Bengasi (este) con el apoyo de la OTAN, que bombardea sus tropas.
Huido tras la caída de Trípoli a finales de agosto de 2011, Gadafi es ejecutado el 20 de octubre de 2011 cuando trata de escapar por túneles de hormigón cerca de la ciudad de Sirte. El exdirigente libio está enterrado en un lugar mantenido en secreto. Desde entonces, el país está sumergido en el caos.
Yemen: Saleh, entre bastidores
En el poder durante 33 años, el expresidente yemení Alí Abdallah Saleh no soportó ser derrocado en febrero de 2012, después de un año de protesta popular.
Enseguida destruye la autoridad de su sucesor, Abdo Rabbo Mansur Hadi, forzado al exilio en 2015, y sella una alianza con los rebeldes hutíes, que se apoderan de la capital Saná en septiembre de 2014.
Estos se enfrentan desde hace dos años a la intervención de una coalición árabe conducida por Arabia Saudí. Los combates han dejado hasta ahora más de 7.000 muertos.
Mano de hierro en Baréin
El rey Hamd Ben Issa al Jalifa aplasta en marzo de 2011 con el apoyo de las fuerzas saudíes y de Emiratos un levantamiento chií, mayoritarios en el país, que se manifiestan en las calles para reclamar a la dinastía suní en el poder una verdadera monarquía constitucional.
Desde entonces, la represión prosigue con la disolución en julio de 2016 del principal movimiento de la oposición chií, así como con detenciones, privación de la nacionalidad y torturas, según algunas ONG.
(Con información de AFP)