Discriminan laboralmente a mujeres por peso y color de piel

Ciudad de México. Las mujeres no sólo lidian con el acoso sexual, discriminación por género y la brecha en igualdad de oportunidades que aún permea en México, sino que, además, enfrentan la discriminación que sufren por su color de piel y por su peso, en el ambiente laboral.

Raymundo Campos, doctor e investigador del Colegio de México y creador del estudio “La relación de la obesidad con el empleo y los salarios en México”, realizó un curioso experimento que revela resultados escandalosos.

Él y su equipo enviaron currículums ficticios de mujeres a diferentes empresas. Las mujeres blancas fueron las más buscadas para una entrevista.

“Sólo cambiamos la foto de la aplicante, aunque la información del CV fuera la misma en promedio, pero las mujeres blancas solteras fueron las más buscadas por las empresas. No obstante, las mujeres morenas y casadas fueron las más penalizadas”.

Para el investigador del Colmex, el color de piel juega un factor clave en la movilidad social, pues mientras más oscura sea la piel, más difícil ascender en el estrato socioeconómico.

Según el “Informe país sobre la calidad de la ciudadanía en México” (dado a conocer en 2014), 70.9 por ciento de los mexicanos ha sido discriminado por su color de piel.

De acuerdo con el historiador e investigador de la Universidad Panamericana; doctor Íñigo Fernández, la raíz de la discriminación en nuestro país está intrínsecamente ligada a la fundación de México como nación:

“Hay cosas que se heredan y que cuesta trabajo quitar. Puedes independizarte de otro país, pero el colonialismo mental es la manera en que entiendes al mundo y que está permeada por la manera en que el otro (el conquistador español) lo entiende”.

En la Nueva España, las personas eran divididas en castas, lo que dio pie a una sociedad profundamente excluyente y llena de prejuicios.

La presidenta del Consejo para Prevenir la Discriminación en la CDMX, Jacqueline L`Hoist, explica que, durante muchos años la sociedad ha construido prejuicios en torno a la apariencia de los mexicanos;

“Así como ser de piel blanca pareciera que es sinónimo de decencia, honradez, de gente bonita, gente bien, lo contrario resulta que no lo es. El color de piel es la segunda causa de discriminación en México junto con la pobreza. El tema de la apariencia refleja una realidad de prejuicios”.

Para la funcionaria pública, las mujeres que aspiran a un empleo, deben cumplir con ciertas características impuestas por la sociedad que aún aloja en sus pensamientos el colonialismo mental:

“Así, si una mujer es delgada, soltera y blanca, seguramente tendrá más oportunidades de conseguir el empleo”.

Las mexicanas en busca de un empleo también sufren de discriminación por su peso. Tal es el caso de Sol Iraís Solaya Hernández. Estudiaba la carrera técnica de auxiliar de enfermería en el Centro Social Plutarco Elías, Calles cuando fue víctima de la segregación por su apariencia física:

«Se me pidió comprar un uniforme. Me llevaron seis y ninguno me quedó. La directora me dijo que tenía que adquirirlo forzosamente ahí. Querían que lo comprara, aunque no me quedara.

La amenaza que Sol recibió al no querer comprar un uniforme que no le quedaba fue brutal:

“Si no estaba dispuesta a adquirirlo ahí me iban a dar de baja y la directora me dijo que yo no tenía un cuerpecito normal, que el señor no tenía la capacidad de hacerle el uniforme a una persona que no era normal”.

Campos; investigador del Colegio de México, halló en este estudio, que las mexicanas con sobrepeso ganan hasta 17 por ciento menos dinero que las que tienen un Índice de Masa Corporal normal.

Según la Encuesta Nacional de Salud (Ensanut) más reciente (2012), casi 70 por ciento de los mexicanos tienen sobrepeso u obesidad. También somos el segundo país en el mundo con más obesos y el primero en mujeres.

Alejandra (*su nombre ha sido cambiado) cayó en la bulimia y anorexia por la presión social que sentía a su alrededor:

«Yo caí en anorexia y bulimia justo por un tema de discriminación porque si no eres flaca y bonita no entras en la bolita».

Ale trabaja en el sector público y en su propio empleo es testigo de cómo se sigue discriminando a las mujeres por su apariencia física:

«Cuando realizarán algún evento masivo, viene el encargado del evento y sólo selecciona a las mujeres más blancas, delgadas, altas, bonitas y mejor vestidas.

No obstante, el sobrepeso parece no afectar a los hombres en nuestro país. De acuerdo con el estudio Coyuntura Demográfica , “una mujer con sobrepeso puede ganar hasta 26 por ciento menos que un hombre en el mismo rango de índice de masa corporal”.

Para Raymundo Campos:

“El Índice de Masa Corporal (IMC) de los hombres no está relacionado con los salarios que perciben, pero en el caso de ellas, mientras más IMC, más sobrepeso y obesidad tengan, menor salario van a recibir. Un castigo más grave para las mujeres”.

Por su parte, el Consejo para Prevenir la Discriminación en la CDMX recibió 44 denuncias de mujeres que fueron despedidas injustamente por estar embarazadas en 2016, “…porque de repente, la mujer es gorda y rompe con ese estereotipo machista de cómo tienen que verse”, explica L`Hoist.

La senadora y presidenta de la Comisión de Equidad de Género, Diva Gastélum, también culpa al sistema patriarcal en el que vivimos de la discriminación tan violenta hacia las mujeres:

La cultura patriarcal en la que vivimos es la que nos dice que una mujer tiene que estar bonita para agradar al caballero.

Aunque los senadores han trabajado en la norma de igual salario, la realidad sigue siendo otra, especialmente en el ámbito laboral:

“Pese a que el presidente de la República actualizó y mejoró la norma laboral, en la iniciativa privada, ¿quién tiene el control sobre las contrataciones? No tenemos un reparto equitativo de las posiciones en las mujeres y eso es violencia en contra de ellas”.

De acuerdo con Gastélum, durante mucho tiempo los senadores han trabajado para vencer esta clase de estereotipos, “…y creo que en la comunicación gubernamental lo hemos logrado, pero no así en el resto de la comunicación: privada y comercial en donde se sigue viendo a la mujer como un objeto”.

Por su parte, la fundadora de la institución Ellen West, la doctora Araceli Aizpuru asegura que “el tema de la discriminación tiene que ver con el estereotipo de la mujer exitosa. Va muy pegado a una imagen corporal que permeó en los ochentas con más fuerza, uniéndolo a la delgadez extrema”.

Aizpuru nos contó la historia de una de sus pacientes: “era física nuclear. Tenía mucho sobrepeso y un trastorno de la alimentación por atracones. Cuando los médicos le preguntaban a qué se dedicaba, se sorprendían por su profesión. Como si tener sobrepeso la hiciera una mujer muy poco hábil o poco estudiosa”.

En un país en donde la talla promedio de la mexicana es grande (de acuerdo con Cámara Nacional de la Industria del Vestido), ¿cómo pueden repercutir este tipo de estereotipos en la autoestima de las mujeres?

De acuerdo con el Observatorio Regional para la mujer en América Latina y El Caribe, solo el 1% de las mujeres en México afirma sentirse bella, mientras que 23% de las mujeres estaría dispuesta a cambiar la inteligencia por belleza.

Hacemos un llamado a la sociedad para que se despoje de prejuicios y estereotipos que entorpecen con apreciaciones inadecuadas el camino de las mujeres hacia el éxito laboral.

Invitamos a cada persona que tiene entre sus funciones, la responsabilidad de contratar nuevos empleados para sus empresas, que selecciones a las mejores candidatas, según sus aptitudes para desempeñar el puesto ofertado, y NO que se les escoja o se les descarte por adherirse; o no, a los inalcanzables estereotipos impuestos por la sociedad.

(Con información de Excélsior)

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