Crece bloqueo a carne brasileña y la crisis se agudiza
Hong Kong se sumó este martes al bloqueo de carnes de Brasil, que perdió su principal mercado de cortes bovinos pese a sus esfuerzos para frenar la crisis desatada por sospechas de adulteración de alimentos de origen animal.
La decisión de Hong Kong se suma a la de China, segundo cliente de carnes vacunas y de carne de pollo, y a la de Chile. Las compras de esos tres países representaron en 2016 un 40% de las exportaciones de carne bovina del gigante sudamericano.
En carne de pollo, los envíos a China y Hong Kong representaron el 20% del total, según datos del Ministerio brasileño de Desarrollo y Comercio Exterior (MDIC).
La autoridad de seguridad alimentaria (CFS) de Hong Kong anunció la interrupción inmediata de importaciones de carne bovina y de pollo, «en nombre de la prudencia».
También este martes, Japón «suspendió hasta nuevas notificaciones» el trámite de las importaciones de pollo y otros productos, pero limitando la medida a los 21 frigoríficos investigados, informó su embajada en Brasilia.
La Unión Europea (UE) había anunciado la víspera una medida similar, para el conjunto de las carnes brasileñas.
México suspendió por su lado la entrada de productos avícolas brasileños, hasta recibir «garantías de sanidad».
Corea del Sur y Argentina reforzaron sus controles.
La denuncia policial sobre el supuesto uso de ácidos y la adulteración de etiquetas para maquillar cortes vencidos golpea de lleno a Brasil, el mayor exportador de carne bovina y aviar, y a dos de los gigantes del sector, los frigoríficos JBS y BRF.
También extendió una sombra de dudas sobre uno de los alimentos centrales de la dieta nacional.
Amenaza además los esfuerzos del país para salir de más de dos años de recesión y se suma a la crisis de credibilidad provocada por la Operación Lava Jato, sobre gigantescos desvíos de dinero público de la estatal Petrobras hacia la política.
El presidente Michel Temer volvió a subrayar el martes que se trata de un problema puntual, que no debe hacerse extensivo a una industria que emplea a seis millones de personas y que el año pasado facturó más de 13 mil millones de dólares.
Temer subrayó que de los más de 4 mil 300 frigoríficos que operan en Brasil, hay solo 21 involucrados en los presuntos fraudes, y que de los 860 mil lotes de carne comercializados en los últimos seis meses apenas 184 fueron cuestionados.
«Nada mejor que mencionar números para verificar la insignificancia de los hechos», resumió durante un evento organizado por el Council of the Americas en Brasilia.
Despidos y tensiones diplomáticas
El gobierno informó que había despedido a funcionarios denunciados y bloqueado la emisión de certificados de embarque a las 21 plantas bajo sospecha, en un esfuerzo por tranquilizar a los mercados.
El ministro de Agricultura, Blairo Maggi, afirmó el lunes que unos 30 países podrían pedir explicaciones y no dio muchas vueltas para definir qué pasaría si la veda se extendiera: «Sería un desastre».
El cierre de las fronteras chilenas a las carnes brasileñas produjo un cruce diplomático.
Maggi dijo que esperaba que Chile remitiera la veda a los 21 frigoríficos bajo sospecha y amenazó con una «reacción fuerte» si un bloqueo fuera total.
Chile no actúa «en función de amenazas», le respondió su par andino, Carlos Furche, quien aprovechó para reiterar su pedido de informaciones oficiales sobre el escándalo.
La denuncia de la Policía Federal (PF) reveló un esquema en el que inspectores sanitarios recibían sobornos por parte de empresarios para autorizar el comercio de carnes no aptas para el consumo humano. Hubo más de 30 arrestos y tres plantas fueron clausuradas.
La investigación sobre la industria cárnica afirma que parte de los sobornos pagados también iban para partidos políticos, entre cuyos beneficiarios estaban el PMDB del presidente Temer y su aliado PP, dos fuerzas abundantemente embarradas en el caso Petrobras.
(Con información de AFP)