Cráter de Chicxulub, semillero de vida por 700 mil años
Washington, Estados Unidos. La vida se recuperó rápido en el lugar donde cayó el asteroide que exterminó a los dinosaurios hace unos 66 millones de años en el Golfo de México, destaca un estudio publicado hoy en Nature Communications.
Ese asteroide al caer exterminó a todos los dinosaurios no aviares y a aproximadamente el 70 por ciento de todas las especies marinas, sin embargo, el cráter que dejó atrás fue literalmente un semillero de vida, enriqueciendo el océano suprayacente durante al menos 700 mil años, resalta una investigación.
Para los autores, la vida marina se recuperó rápidamente en la zona del impacto debido a un sistema hidrotermal creado por el impacto del asteroide, que pudo haber ayudado a que la vida marina florezca en el lugar del impacto al generar y hacer circular nutrientes en el entorno del cráter.
Tras el impacto del asteroide, el Golfo de México registra un proceso de recuperación ecológica bastante diferente al del océano global, ya que la actividad hidrotermal continua ha creado un entorno marino único, explicó la autora principal del estudio, Honami Sato, profesora adjunta de la Universidad Kyushu de Japón.
El coactor del estudio, Sean Gulick, profesor de investigación de la Escuela Jackson de Geociencias de la Universidad de Texas en Austin, en 2016, codirigió una expedición de perforación científica al lugar del impacto, llamado Chicxulub, donde se recuperaron muestras del núcleo del cráter.
Investigaciones previas ya habían determinado que la vida regresó al lugar del cráter en cuestión de años. El nuevo estudio presenta evidencia de que un sistema hidrotermal creado por el impacto del asteroide y su lámina de fusión enterrada bajo el lecho marino probablemente influyó en su recuperación y sustento durante cientos de miles de años.
Cada vez comprendemos mejor la importancia de los sistemas hidrotermales generados por impactos para la vida», afirmó Gulick. «Este artículo representa un avance que demuestra el potencial de un impacto para afectar el océano suprayacente durante cientos de miles de año».
La investigación se centra en un elemento químico llamado osmio. Una proporción particular de osmio se asocia con los materiales de los asteroides. Los investigadores encontraron evidencia de que el osmio del asteroide enterrado kilómetros bajo el cráter de impacto se liberaba continuamente en el Golfo de México debido a la actividad hidrotermal submarina.
En otras palabras, a medida que el agua caliente se desplazaba bajo el lecho marino y ascendía a la superficie, también lo hacían los rastros del asteroide.
A medida que el fluido hidrotermal se enfriaba con el tiempo, los rastros del asteroide salían del agua y se precipitaban en sedimentos. Los investigadores analizaron el sedimento, que fue llevado a la superficie en las muestras de núcleos, y lo utilizaron para determinar la extensión del sistema hidrotermal y la duración del enriquecimiento de osmio.
Tras la desaparición de los dinosaurios, el impacto de Chicxulub es bien conocido por su vínculo con la extinción masiva. Gulick afirmó que esta investigación es importante porque demuestra que este impacto también puede ser un catalizador para la vida.
(Con información de Prensa Latina)