¿Cómo entender la depresión de una madre?
A la madre de Bruce Turner, Tina, le diagnosticaron depresión en 1990 y mientras él era niño fue hospitalizada muchas veces. Ahora Bruce tiene 20 años y cuenta que todavía le cuesta entender la enfermedad de su madre.
Si alguna vez conocieras a mi mamá creerías que es el alma y vida de la fiesta. Es segura de sí misma, está llena de energía y carisma.
Pero vive con depresión y cuando le pega no es ninguna de esas cosas. En esos momentos se torna miedosa y frágil, ve lo peor en toda situación, y su habilidad para amar y mostrar compasión desaparecen.
Se aísla del resto del mundo y no sale de la cama ni habla con nadie por semanas.
La depresión le quita toda emoción, de modo que si alguien tocara la puerta y le dijera que ganó la lotería o que sus hijos murieron en un choque de autos, su reacción sería la misma.
He convivido con la enfermedad mental toda mi vida y aunque todavía vivo en casa con mis padres, en Wilmslow, cerca de Manchester (Reino Unido), aún no la comprendo.
La primera vez que me afectó la depresión de mi mamá fue cuando tenía unos nueve años, pero lo escondieron bastante bien de mí, de mi hermana melliza Millie y de mi hermano menor, Jake.
Mi mamá fue hospitalizada. Mi papá nos contó que no estaba bien pero no entendíamos lo que estaba ocurriendo. Mi papá lloró, lo que fue un verdadero shock para nosotros, y cuando ella volvió a la casa él nos dijo que no hiciéramos ruido.
Ella se veía y actuaba de forma diferente. Normalmente era una mujer glamorosa pero se convirtió en una sombra de sí misma, se quedaba en su habitación y siempre usaba ropa de dormir.
Ella me contó luego que requería de toda su fuerza de voluntad hasta para ir al baño.
Fue un shock verla tan vacía y ella les temía a las personas que más amaba. Cuando sus hijos nos reíamos, le daba pánico y los demonios solo desaparecían cuando dormía.
Muchas veces deseaba no despertarse.
De niños, íbamos al club todos los viernes. Mamá nunca nos llevaba porque “no estaba bien” así que siempre íbamos con amigos.
Un viernes a la noche, luego de que le dieran de alta en el hospital, nos vino a buscar. Fue increíble. La miré y pensé que había vuelto a la normalidad, pero fue solo el comienzo de su recuperación.
Me contó luego que le daba pavor venirnos a buscar y que le llevó muchísimo coraje hacerlo.
Mientras crecíamos nuestros abuelos mantuvieron nuestra vida familiar lo más normal posible.
Millie ahora juega al fútbol para la selección inglesa y para Bristol City WFC y mi hermano más pequeño, Jake, de 18, es arquero del club Bolton Wanderers.
A pesar de todo, jamás se perdieron un entrenamiento. Mi mamá nos dijo que si creyera que su enfermedad nos había afectado de algún modo hubiera hecho su batalla aún más difícil.
Mamá tiene largos períodos en los que está bien, pero cuando yo tuve 16 la depresión volvió y a mí me costó más lidiar con ello.
Esta vez sabía lo que se venía, pero cuanto más entendía más me preocupaba y me daba miedo que otros no lo entendieran.
En la escuela me hacía el valiente y cuando alguien me preguntaba les decía que mi mamá estaba “bien” o escondía la verdad diciendo que tenía una enfermedad física.
A esa edad me costó entender la situación y estaba enojado.
La volvieron a internar en el hospital una y otra vez y el hecho de que uno no podía ver nada que estuviera físicamente mal con ella me hacía cuestionar si realmente tenía un problema.
Pensaba: “¿Qué motivos tiene mamá para estar deprimida? Vive en una linda casa con una linda familia y tiene seguridad financiera”.
No entendía cómo “estar triste” podía ser una enfermedad y hacía comentarios frívolos sobre cómo ella debería “recomponerse”.
Es difícil entender qué dispara la depresión de mamá. Perdió a algunos miembros cercanos de la familia y cree que eso la afectó, pero también contó que uno de sus episodios más fuertes se dio después de mirar el film “Ray”, sobre la vida del músico ciego Ray Charles.
Suena sorprendente que pudiera verse afectada por una película, pero dijo que le rompió el corazón y la empujó más allá de su límite.
El dolor que causa dentro de una familia la depresión es tremendo, pero nos ha hecho más unidos.
Me ha hecho apreciar cada oportunidad que tengo, aunque también vivo constantemente preocupado sobre si tendrá otro episodio y cuándo será.
Mamá, que actualmente tiene 49 años, está bien en este momento y esperamos que siga así por el mayor tiempo posible. Pero el temor de que la depresión vuelva nunca desaparece.
La veloz desaparición de la persona que amas puede ser dolorosa y frustrante. Es el hecho de que ellos están enfrentando su batalla más oscura y no hay nada que puedas hacer.
Creo que el estigma que rodea a la enfermedad mental debería mejorarse y debería ser considerada como cualquier enfermedad física.
No es aceptable que haya tanta ignorancia sobre una enfermedad que podría terminar en el trauma de un suicidio.
Si la depresión afecta a alguien deberías rodearlo de amor, entender su lucha y estar ahí para él. Enviarle una tarjeta que diga “espero que te mejores pronto” para que sepa que estás pensando en él.
Después de 20 años de convivir con la batalla de mamá aun no entiendo del todo la depresión, pero estoy cada vez más cerca.
(Con información de BBC Mundo)