Colombia investiga la tragedia aérea del Chapecoense
Colombia investiga este miércoles las causas del accidente aéreo que dejó 71 muertos y seis sobrevivientes cerca de Medellín, diezmando al equipo brasileño del Chapecoense, que viajaba para disputar la final de la Copa Sudamericana contra el Atlético Nacional.
Las autoridades buscarán «en el menor tiempo posible» obtener resultados que permitan esclarecer qué motivó «esta lamentable tragedia», informó en un comunicado Aeronáutica Civil de Colombia, encargada de la pesquisa con expertos nacionales e internacionales.
La investigación se realiza a partir de «las pruebas técnicas, documentales y de rigor» del avión siniestrado, una aeronave BAe Avro RJ85 que se estrelló el lunes por la noche en una remota zona a 3.300 metros de altitud, cuando estaba llegando a su destino en el aeropuerto de Rionegro, a las afueras de Medellín.
Las cajas negras del avión, que volaba desde 1999, fueron halladas «en perfecto estado», aunque las autoridades no dijeron cuánto llevará analizar su contenido.
«Al destapar la caja negra no hay pierde, ahí se va a decir todo», afirmó el ministro de Transporte colombiano, Jorge Eduardo Rojas, instando a no hacer especulaciones sobre el origen del accidente.
Una fuente militar aseguró a la AFP que la principal hipótesis es una falta de combustible del avión chárter que transportaba a futbolistas, directivos del Chapecoense y periodistas desde Bolivia, adonde habían viajado en vuelo comercial provenientes de Sao Paulo.
«Es muy sospechoso que, pese al golpe, no haya habido explosión. Eso refuerza la teoría de la falta de gasolina», dijo. El jefe de la Dirección General de Aeronáutica Civil de Bolivia, César Varela, aseguró a la prensa que «los tripulantes estaban con sus licencias en orden, estaba todo en orden».
El avión de matrícula boliviana CP2933 y perteneciente a la empresa Lamia, que cubría la ruta Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) – Rionegro (Colombia), comunicó «fallas eléctricas» hacia las 22h locales del lunes (las 3h GMT del martes), declarándose en emergencia entre los municipios de La Ceja y La Unión, unos 50 km al sureste de Medellín.
Poco después, el avión se precipitó a tierra con 77 personas a bordo, 68 pasajeros y nueve tripulantes, de los cuales han sobrevivido seis: tres futbolistas, una auxiliar de vuelo y un técnico, y un periodista, todos internados en clínicas cercanas a Rionegro.
Cuento de hadas sin final feliz
El modesto Chapecoense, que sorprendió al clasificar por primera vez y contra todo pronóstico a la final de la Copa Sudamericana, se preparaba con ilusión para el choque previsto para este miércoles contra el gigante Atlético Nacional, actual campeón de la Libertadores.
Pero el fatídico accidente aéreo acabó con todas las posibilidades de final feliz para el cuento de hadas que vivía el pequeño club, cuyo despegue desde 2009 tras estar al borde de la bancarrota lo había llevado a la cima del fútbol regional.
«Me siento sin esperanza», contó a la AFP el hincha Nelsiro Miranda, mientras intentaba consolar a sus dos hijos en la enlutada Chapecó, una ciudad de 200.000 habitantes en Santa Catarina, sur de Brasil.
En Medellín, igual sentimiento inundaba a todos. «Era un equipo que venía bien a representar a su país», aseguró Hernando Quizano, un funcionario de 50 años.
«Nacional está muy golpeado, es un día triste con un dolor muy fuerte», dijo el entrenador Reinaldo Rueda, cuyo club solicitó a la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) que entregue el campeonato a la escuadra brasileña, sobre lo cual la autoridad regional del balompié no se ha pronunciado aún.
En un gesto de solidaridad, Nacional convocó a una jornada de apoyo a las víctimas este miércoles a las 18H45 locales (23H45 GMT) en el estadio Atanasio Girardot, donde a esa hora debía disputarse el partido con el Chapecoense.
«Que esta tristeza se convierta en una herencia de esperanza y pasión por los sueños», tuiteó el «verdolaga», que pidió acudir a la cita con velas y atuendo blanco.