Brigitte Trogneux, la ‘mano que mece la cuna’ en Francia
“¡Brigitte! ¡Brigitte! ¡Brigitte!”, coreaba la muchedumbre el domingo por la noche mientras ella subía al escenario junto con su marido, el flamante presidente electo de Francia, Emmanuel Macron.
Sabemos que el próximo mandatario francés es un joven exbanquero de finanzas, fue ministro del gobierno de François Hollande y ganó las elecciones con un discurso social-liberal.
¿Pero quién es la nueva primera dama gala?
Digamos que se sale de los parámetros más comunes: tiene 24 años más que su marido.
La de los Macron es una relación inusual.
O como lo describió el propio presidente electo el día de su casamiento: “Una pareja no muy común, no muy normal -aunque no me guste mucho ese adjetivo- pero una pareja que existe”.
Brigitte, de 64 años, le lleva a su pareja la misma diferencia de edad que separan al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de su esposa Melania.
Hoy Macron tiene 39, pero cuando se conocieron él era adolescente y ella era su profesora de teatro.
Según cuentan todos, a los 15 años Emmanuel era intelectualmente precoz. Estudiaba en una escuela privada jesuita en Amiens.
Según contó Brigitte, “se relacionaba con otros adultos como un par” en vez de comportarse y actuar como un adolescente.
“Me abrumó la inteligencia de este chico”, recordó.
Brigitte Trogneux
Nacida Brigitte Trogneux, heredera de una empresa de chocolates famosa por sus macarrones, la profesora de teatro estaba casada con el banquero André Auzière y tenía tres hijos cuando conoció a su actual marido.
Los padres de Emmanuel notaron que estaba enamorado pero no sabían de quién.
Según la biógrafa Anne Fulda, pensaron que era una compañera de clase, Laurence Auzière.
Pero resultó que en realidad era de la madre de ella.
Cuando sus padres se enteraron -asegura Fulda- le pidieron a Brigitte que se alejara de él hasta que cumpliera 18 años.
“No puedo prometer nada”, les respondió.
A los 17 años, Emmanuel le dijo a su mujer que algún día se casaría con ella, cosa que cumplió en 2007, una década más tarde.
Ahora la madre de Macron dice que ve a Brigitte “más como una amiga” que una nuera.
Y Laurence, la excompañera de colegio de Emmanuel, se convirtió en una de las partidarias más prominentes de su padrastro, apoyándolo, por ejemplo, en su último acto electoral en París.
Otra de las hijas de Brigitte, Tiphaine, de 32 años y abogada de profesión, también trabajó en su campaña.
Los miembros de la familia estuvieron presentes junto con la pareja cuando celebraron los resultados de las elecciones el domingo en el Louvre de París.
El presidente electo tiene tres hijastros y, a través de ellos, tiene siete nietos.
Cuando su marido se convirtió en ministro de Economía, en 2014, Brigitte dejó su trabajo como docente y se convirtió en su asesora de confianza.
Se le atribuye haber influenciado su visión de las mujeres en la política.
Cargo de primera dama
Macron ha prometido que la mitad de los candidatos de su partido En Marche! en las próximas elecciones legislativas de junio serán mujeres.
Y ha dicho que quiere formalizar el cargo de primera dama.
Durante una entrevista con la revista Vanity Fair el mes pasado señaló: “Si soy elegido -no, perdón, cuando seamos elegidos- ella estará allí, con un puesto y un lugar”.
Es posible que como una ex maestra quiera ayudar a los más jóvenes, aunque por ahora se desconoce qué hará.
Macron ha propuesto que el cargo no sea remunerado, pero dijo que ella le irá dando forma.
“Ella tendrá una presencia, una voz, una mirada sobre los temas. Estará a mi lado, como siempre lo ha estado, pero también tendrá un rol público”, afirmó.
Algunos caricaturistas franceses han hecho bromas a expensas de la pareja, mostrando a Macron como un estudiante que es aleccionado por su mujer.
Y su rival en las elecciones, Marine Le Pen, también se mofó de manera velada sobre los orígenes de la relación.
“Sr. Macron, veo que intenta jugar a la maestra y al alumno conmigo”, le dijo con una sonrisa sarcástica. “Pero no es lo mío”.
Sin embargo la propia señora Macron ha mostrado que puede reírse de la diferencia de edad entre ambos.
En una biografía, se la cita diciendo: “(Macron) tiene que lanzarse a la presidencia en 2017 porque para 2022 su problema va a ser mi cara”.