Basta de indiferencia a lo que pasa a indígenas: Pech
La activista y defensora maya del territorio, la cultura y las abejas dictó la conferencia Mujeres, Pueblos Indígenas y Territorio Ancestral
El desarrollo es un derecho humano, pero cuando se pasa por alto nuestra manera de vivir y nuestra historia, entonces no lo es, así llegaron los transgénicos a nuestro territorio, con imposición afirmó en la UNAM Leydy Pech Martín, Premio Goldman 2020, equivalente al Nobel en medio ambiente.
La activista y defensora maya del territorio, la cultura y las abejas peninsulares dictó la Conferencia Mujeres, Pueblos Indígenas y Territorio Ancestral, en el aula virtual de la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad (COUS) de esta casa de estudios.
“El desarrollo no está basado en crecimiento económico, es un espacio donde están integrados nuestros conocimientos, nuestra cultura, nuestra lengua, toda esa espiritualidad con la que nos relacionamos con nuestro ambiente, agua, plantas medicinales, semillas criollas.”
Nuestras sapiencias, añadió, prevalecen gracias a que estamos en nuestro territorio, sin embargo, en la Península de Yucatán miramos que eso ha cambiado: todo lo que teníamos es objeto de despojo. Están en riesgo nuestras costumbres, medios de vida y salud.
“Se debe a este modelo de desarrollo (agroindustrial) que ha llegado, ¡que nos alcanzó!, vivíamos muy bien, contentos en nuestros pueblos, esto no es un desarrollo para nosotros, no nos miramos integrados a este”, describió.
La habitante de Ich-Ek, en el municipio Hopelchén, Campeche, dijo que todo eso antes era selva, había abejas, estaba lleno de plantas medicinales, de floración y ha cambiado, y ¿esto es el desarrollo?, se preguntó.
“La agroindustria, deforestó miles de hectáreas, se ha trasformado nuestro paisaje, que hemos cuidado con este orgullo de decir que es nuestro, este ‘desarrollo’ vulnera nuestros derechos, porque ahí había lagunas, cenotes, agua para beber, drenajes naturales, y ahora es un campo de monocultivo.”
Soya transgénica
El encuentro de la activista maya con los universitarios fue conducido por Alexandra Aguilar Bellamy, titular de la COUS-UNAM, quien explicó que Pech lideró una lucha judicial contra la empresa Monsanto que culminó en 2015 cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación, canceló los permisos para sembrar soya transgénica en Campeche y Yucatán.
“Hoy en día la sentencia no garantizó que realmente se respete el derecho de los pueblos indígenas, porque se sigue fumigando, deforestando, y sembrando soya transgénica, hemos puesto denuncias, pero en esos aparatos de justicia prevalecen la corrupción y la impunidad, y esto sigue”, lamentó.
Pech Martín dejó en claro que están en contra de un modelo, no del desarrollo. “Nos tachan como opositores al desarrollo porque estamos a favor de la vida, a favor que se garantice la soberanía alimentaria y la salud, no basta con que lleguen medicamentos o más doctores, sino que no se contamine el agua, no están mirando el problema de raíz”, aseguró.
La agroindustria no son nuestros alimentos, eso tiene mucho veneno y responde a una demanda global, nuestra alimentación es diversificada, con frijoles, calabaza, hortalizas, mencionó.
Abejas silvestres
Sobre la apicultura indígena explicó que al aplanar, deforestar y fumigar a más de 253 mil 500 hectáreas, las abejitas como ella las llama, no sólo disminuyeron su actividad, sino desaparecieron.
“Nuestras abejitas necesitan las plantas para vivir, cumplen la gran función en la polinización y eso se fue acabando, los plaguicidas las matan y estos productos están ocasionando que lagunas y huecos de agua natural que garantizaban la sobrevivencia de animales, se contaminen, las abejas vuelan y tienen alas, no puedo decirles no pasen por ahí porque están fumigando”, indicó.
Ante esto, las mujeres mayas desempeñamos un rol de defensa de la vida de nuestras comunidades, rompemos patrones culturales, históricamente lo hemos hecho: transmitir los conocimientos a nuestros niños: tomar agua limpia, comer alimentos sanos es un derecho.
Todo esto, finalizó, nos ha llevado a hacer una resistencia, buscamos alianzas académicas, hay instituciones que se han sumado y creo que nos ha permitido mirar que no estamos solas.
“Buscamos que no sean indiferentes a lo que está pasando con los pueblos indígenas, porque también tiene impacto en la vida de las ciudades, los alimentos llegan a las mesas de todos. Finalmente, esta no es mi voz, es la voz de las mujeres y los hombres mayas”, concluyó la denominada Abeja reina.
(Con información de Gaceta UNAM)