Autoestima, herramienta de apoyo de padres a hijos
La sobreprotección es un tipo de violencia hacia el niño porque “limita su desarrollo”; pues impide que aprenda, enfrente o resuelva problemas
Durante la pandemia muchas familias han enfrentado problemas de todo tipo, desempleo, encierro, muerte. ¿Qué tanto de esto han compartido con los más pequeños? Socorro García Rivas, experta de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) recomendó explicarles de la forma más sencilla esas situaciones, pues al hacerlo se sentirán parte de un grupo social y ayudará a su autoestima.
Esa valoración de sí mismos, consideró, es la mejor herramienta que los padres pueden dar a los hijos para enfrentar problemas en la escuela, en la casa, regresar a clases y cuidarse para evitar contagios debido a la Covid-19.
Ante la nueva realidad
Al ofrecer la charla Cómo Apoyar a los Niños y las Niñas ante la Nueva Realidad, la especialista destacó que no sólo para los infantes de hoy, sino de todos los tiempos, los pequeños requieren la seguridad de que cuentan con el apoyo de sus progenitores.
Luego del regreso a clases, que preocupa a muchos padres por los posibles contagios para los menores, ya que no han sido vacunados, García Rivas explicó que son múltiples las recomendaciones para ayudarlos, como el enseñarles a decir no, a convivir pacíficamente, explicarles las cosas de la forma más clara y simple, sin engañarlos ni subestimar su capacidad de comprender problemas.
Sin embargo, de todas las sugerencias, detalló, lo que los puede ayudar de mejor manera es la autoestima, pues cubre una de las necesidades básicas del desarrollo psicosocial: sentirse bien con uno mismo, sentimiento que se va formando desde la primera etapa de la vida.
“Esto no cuesta nada y únicamente se requiere estar muy pendientes. ¿Cómo se puede conseguir? Si uno se acepta a sí mismo con fallas y defectos que podamos tener, y esto incluye conductas o actitudes que no nos gustan o agradan”, sostuvo la investigadora.
Para que los más pequeños desarrollen la autoestima es clave la labor de los tutores, comentó la académica, pues son quienes les enseñan a tener la confianza de alcanzar sus metas, estar deseosos de aprender cosas nuevas, llevarse bien con otros y disfrutar lo que hacen.
García Rivas señaló: “Cuando es baja los niños no aprenden bien, se sienten menos, poca cosa, y este sentimiento lo que ocasiona es que critiquen, se enojen y peleen con los demás; son muy sensibles, delicados, y generalmente responden de manera impulsiva, agresiva y se sienten en desventaja con otros”.
Cuatro son las recomendaciones que la investigadora dio a los asistentes para mejorar esta condición: aceptación, respeto, límites y apoyo. De todas ellas la más importante es la primera y no decirle al pequeño que los hijos del vecino, sus primos o sus hermanos son mejores que él o tienen mejores cualidades, es decir, visualizar bien quién es el hijo y acogerlo tal como es.
La experta en Atención Individualizada precisó que la imagen que el infante tiene de sí mismo se forma gracias a las opiniones escucha de su persona, en voz de sus padres y gente cercana, es decir, si le dicen tonto y le pegan, con el tiempo asumirá que lo es y que merece los golpes; si escucha elogios de su trabajo y logros, se sentirá valorado.
Sin llegar a los extremos
Aclaró que los extremos nunca son buenos, así que tampoco se debe sobreproteger a los infantes, lo cual muchos tutores modernos suelen hacer al decirle “ve a dormir, yo te ayudo con la tarea” o “si no quieres ir yo aviso en la escuela y te justifico”, sin pensar que estas acciones al único que perjudican es al pequeño, quien no aprende a enfrentar problemas o a lidiar con personas que son diferentes a él.
La sobreprotección es un tipo de violencia hacia el niño porque “limita su desarrollo; con lo anterior no le estamos permitiendo que aprenda, enfrente o resuelva. Cuando trabajamos en salud mental luego decimos: ‘eres adulto, lo que hicieron tus padres, bueno o malo, quedó atrás’; no obstante, hay dificultades que se pueden resolver durante la adultez cuando no se ha tenido la oportunidad de solucionarlas siendo niños”, concluyó García Rivas.
(Con información de Gaceta UNAM)