Aparentemente, EU abre frentes contra China y Rusia
Beijing.- El presidente chino, Xi Jinping, pidió una resolución pacífica a las tensiones crecientes en la península coreana en una conversación telefónica con el mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, en momento en que un portaaviones estadounidense se dirigía hacia la región.
La conversación entre Xi y Trump se produjo después de que un influyente periódico chino advirtió que la península coreana se encuentra lo más cerca que ha estado de un «choque militar» desde la primera prueba nuclear norcoreana en el 2006.
La tensión ha aumentado drásticamente en la zona en medio de preocupaciones de que Corea del Norte pronto podría llevar a cabo un sexto ensayo nuclear o más lanzamientos de misiles y la amenaza de Trump de medidas unilaterales para resolver el problema.
Trump ya había ordenado que el portaaviones USS Carl Vinson se dirigiera a la península coreana en un intento por desalentar las ambiciones nucleares y de misiles de Corea del Norte, que desarrolla en desafío de las resoluciones y sanciones de Naciones Unidas.
La llamada entre Xi y Trump vino tras su primera reunión cara a cara en Florida la semana pasada. No quedó claro de inmediato quien inició la llamada.
Trump, que ha instado a China a hacer más para frenar a Corea del Norte, había advertido antes en Twitter que Pyongyang estaba «buscando problemas» y que Estados Unidos «resolvería el problema» con o sin la ayuda de Beijing.
Xi subrayó que China «está comprometida con el objetivo de desnuclearización de la península, salvaguardar la paz y estabilidad en la península y promueve la resolución de los problemas a través de medios pacíficos», dijo la emisora estatal china CCTV sobre el intercambio entre ambos líderes.
«China está dispuesta a mantener una estrecha comunicación y coordinación con la parte estadounidense», dijo Xi.
La cuestión rusa
Vladimir Putin dijo que la confianza entre Estados Unidos y Rusia se ha erosionado bajo el Gobierno del presidente Donald Trump, mientras Moscú ofrecía un recibimiento inusualmente hostil al secretario de Estado, Rex Tillerson, en medio de una confrontación sobre el conflicto en Siria.
Las esperanzas en Rusia de que el Gobierno de Trump fuera precursor de unas relaciones menos conflictivas se desvaneció la semana pasada, después de que Estados Unidos disparó misiles contra una base aérea en Siria para castigar al aliado de Moscú por un presunto uso de gas venenoso.
Justo en el momento en que Tillerson se sentaba para hablar con su homólogo ruso, un alto cargo de Moscú arremetía contra la retórica estadounidense «primitiva y grosera», en medio de una serie de declaraciones que parecían cronometradas para maximizar la incomodidad durante la primera visita de un miembro del gabinete de Trump.
«Uno podría decir que el nivel de confianza en términos de trabajo, especialmente en el ámbito militar, no ha mejorado, sino que se ha deteriorado», dijo Putin en una entrevista emitida en la televisión rusa momentos después de que Tillerson se sentara con el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, en un ornamentado salón.
Putin confirmó el apoyo de Rusia al presidente sirio, Bashar al-Assad, reiterando que el mandatario no fue responsable del ataque con gas ocurrido la semana pasada y añadiendo una nueva teoría respecto a que el ataque pudo haber sido montado por los enemigos del líder sirio.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que Tillerson podría reunirse con Putin este miércoles si los dos responsables diplomáticos decidían que era útil informar al presidente ruso sobre sus conversaciones. Pero Peskov tampoco se abstuvo de hacer críticas, diciendo que las llamadas de las potencias occidentales a Rusia para dejar de apoyar a Assad equivalían a dar carta blanca a los terroristas.
La hostilidad de Moscú hacia funcionarios de la administración Trump supone un drástico cambio desde el año pasado, cuando Putin elogió a Trump como una figura fuerte.
La cuestión es si es una confrontaciçón real o es sólo una simulación del presidente de Estados Unidos para ganar popularidad y ocultar los nexos de su elección con los rusos.
(Con información de Reuters, vía El Financiero)