Antepasados prehistóricos comían vegetales cocinados
Arqueólogos hallaron fragmentos carbonizados que serían un ejemplo de que los primeros seres humanos se alimentaban de verduras cocidas
A pesar de las modernas opiniones sobre los alimentos que consumían nuestros primeros ancestros, que los especialistas conocen como paleodieta, ésta probablemente era una combinación de carbohidratos y proteínas, y no sólo animales.
En una cueva de Sudáfrica un grupo de arqueólogos encontró fragmentos carbonizados de raíces vegetales –los restos más antiguos de plantas encontrados hasta ahora–, que sería un ejemplo temprano de que los primeros seres humanos se alimentaban de verduras cocinadas. El hallazgo sugiere que la verdadera paleodieta incluía montones de plantas asadas ricas en almidón y carbohidratos.
En enero de este año, investigadores del Instituto de Estudios Evolutivos de la Universidad de Witwatersrand, en Sudáfrica, publicaron en la revista Science un artículo, Cooked starchy rhizomes in Africa 170 thousand years ago, en el que señalan que aquellos humanos “tenían una alimentación bastante equilibrada, una combinación de carbohidratos y proteínas animales”.
En 2016 el equipo de investigadores encontró restos de carbón vegetal entre una gruesa capa de cenizas en una cueva, Border Cave, en Sudáfrica, cerca de la frontera con Suazilandia, país que a partir del 2018 se llama eSwatini.
Al comparar los restos carbonizados con cientos de plantas modernas identificaron fragmentos de rizomas –tallos subterráneos que almacenan proteínas y almidones– de una planta del género Hypoxis.
A una de las especies se le conoce como papa africana (Hypoxis hemerocallidea), cuyos rizomas amarillos son amargos, y se usa principalmente con fines médicos. El pueblo de la Border Cave probablemente se alimentaba de otras especies de rizomas, como la de Hypoxis angustifoli, cuya pulpa era blanca y mucho más sabrosa.
“Los rizomas de plantas del género Hypoxis pueden ser ricos en carbohidratos, como las papas, aunque su sabor es más parecido al de los camotes”, considera la arqueóloga Lyn Wadley, una de las autoras del estudio.
Christine Sievers, coautora del estudio, explicó que las plantas asadas con las que se alimentaban nuestros ancestros probablemente eran de pulpa blanca, de buen sabor y ampliamente distribuidas, por lo que pudieron haber alimentado a los cazadores-recolectores durante casi un año.
Según Lyn Wadley, los numerosos fragmentos de rizomas encontrados indican que las plantas asadas fueron una parte importante en su alimentación, contrario a la creencia popular de que los primeros humanos sólo se alimentaban de carne. Cocinados, los rizomas contienen muchos nutrientes, y parece que precisamente por eso nuestros antepasados los consumieron.
Con el calor, los enlaces químicos de los alimentos se rompen y se reorganizan de otra manera mientras liberan nutrientes y neutralizan las toxinas, de tal modo que lo que había sido un pedazo de alimento crudo apenas comible se vuelve suave y muy sabroso. La era de cocinar los alimentos había empezado.
Si bien los especialistas aún no se ponen de acuerdo sobre cuándo y dónde, la aparición de la cocina fue un momento muy importante en nuestra evolución porque con el calor las plantas comestibles se suavizan y es más fácil masticarlas y extraerles los nutrientes. Debemos recordar que hasta hoy somos la única especie que utiliza el calor en sus alimentos, y con eso altera la forma en que el cuerpo humano experimenta la comida.
Nuestras ideas acerca de lo que los primeros humanos comían podrían estar distorsionadas porque es difícil que los restos vegetales sobrevivan igual que los huesos de animales, dijo la investigadora. “Y porque los investigadores raramente los buscan. A muchos arqueólogos no les interesan estos restos”.
(Con información de Gaceta UNAM)