Acusa Brasil a jefe de Inteligencia de Argentina por corrupción
Buenos Aires. Funcionarios policiales de Brasil acusaron el jueves al director de la agencia de inteligencia argentina de recibir 850 mil dólares como parte de un plan de lavado de dinero que involucró a compañías falsas de varias ciudades brasileñas.
La acusación contra el jefe de inteligencia Gustavo Arribas —propietario de varias propiedades inmobiliarias en Brasil— es la primera ocasión en que un alto funcionario del gobierno de Mauricio Macri es denunciado en la investigación por corrupción realizada por autoridades brasileñas conocida como Lava Jato.
Cuando Macri lo nombró en diciembre de 2015, muchos señalaron que Arribas era un candidato poco convencional para el cargo. No tenía experiencia en el servicio público y se ganaba la vida como agente de jugadores de fútbol profesional.
Arribas, quien no ha sido acusado criminalmente, dijo en un comunicado que no tenía “vínculos” con el caso Lava Jato. Añadió que una vez se le habían transferido 70.475 dólares por la venta de muebles de un apartamento y, en el pasado, ya sugirió en un tribunal argentino que había sido implicado maliciosamente.
El funcionario no ha respondido a las solicitudes de entrevista.
Las acusaciones contra Arribas, que no mencionan su trabajo actual, se producen justo cuando Macri se compromete a realizar cambios radicales en las agencias judiciales y reguladoras de Argentina para erradicar una arraigada cultura de corrupción.
Las pesquisas brasileñas, que comenzaron en 2014, han tenido una enorme repercusión en Sudamérica puesto que altos funcionarios de diversos países, incluidos dos ex presidentes de Perú, han sido acusados de aceptar sobornos.
La última fase de la investigación, llamada Operación Descarte, incluye los pagos realizados por una empresa de recolección de basura en São Paulo, Brasil. Los oficiales de policía dijeron que los involucrados en el plan desviaron millones de dólares de los contratos públicos a través de la presentación de facturas falsas a nombre de compañías falsas.
Víctor Hugo Rodrigues Alves Ferreira, un oficial de la policía federal, declaró que Arribas había recibido 850 mil dólares del esquema en una cuenta bancaria argentina a través de una transferencia vía Hong Kong.
Milton Fornazari, el oficial que lidera la Operación Descarte, le dijo al periódico argentino La Nación que las autoridades brasileñas esperaban obtener más información sobre los negocios de Arribas después de que se realizaran una serie de allanamiento el jueves.
“Arribas está investigado como destinatario de una parte de los valores de una red de lavado de dinero”, declaró Fornazari al diario La Nación. “Recibió 850 mil dólares que fueron enviados de manera ilegal de Brasil a la Argentina. Lo que queremos saber es por qué recibió esos valores de manera ilegal y cómo se benefició en esa operación”.
La prensa argentina informó el año pasado que Arribas había recibido cerca de 600 mil dólares relacionados con el escándalo que involucró a la constructora brasileña Odebrecht. El grupo contra la corrupción Poder Ciudadano le pidió al gobierno que lo remueva de su cargo hasta que se complete la investigación.
En marzo pasado, un juez federal desestimó un caso contra Arribas. En su fallo, el juez Rodolfo Canicoba Corral escribió que no había evidencia de irregularidades criminales y que las presuntas acciones habían sucedido en Brasil, “por lo que este tribunal carece de jurisdicción”.
Los legisladores de la oposición argentina exigirán que Arribas comparezca ante el Congreso para explicar las últimas acusaciones, dijo Rodolfo Tailhade, un diputado aliado de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
La acusación de los funcionarios en Brasil “solo confirma lo que ya sabíamos: hubo un pago por debajo de la mesa que no está justificado de ninguna manera”, dijo.
Funcionarios de la oficina anticorrupción de Argentina se negaron a hablar públicamente sobre Arribas el jueves. Los servicios de inteligencia argentinos son famosos por el espionaje interno, a menudo motivado por lealtades políticas.
Fernández de Kirchner impulsó una revisión de la agencia de inteligencia del país en 2015 ante la sospecha de que una red de espías corruptos estaba detrás de la muerte del fiscal Alberto Nisman, quien estaba investigando el atentado de 1994 contra un centro comunitario judío.
Nisman murió horas antes de presentarse en el Congreso para acusar a Fernández de Kirchner y otras personas de su gobierno de intentar obstaculizar la investigación.
(Con información de NYT)