Sin dinero no hay cordero: peligra tradición musulmana

El estricto control indio en Cachemira podría dificultar la celebración de la fiesta del Aíd al Adha, ante la falta de efectivo en cajeros

El confinamiento impuesto por las fuerzas de seguridad en Srinagar, principal ciudad de Cachemira actualmente bajo estricto control indio, podría dificultar la celebración del tradicional sacrificio del cordero con motivo de la fiesta musulmana del Aíd al Adha.

Tras haber recorrido al volante los más de 20 kilómetros que separan su casa del gran mercado situado a las afueras de esta ciudad de más de un millón y medio de habitantes, atravesando retenes y barreras de alambre de espinos, Bashir Ahmad no ha logrado encontrar ningún cajero del que sacar dinero para comprar el animal.

«Me he arriesgado a tomar la carretera, pero ha sido inútil», se lamenta este empresario, explicando a la AFP que los cajeros están vacíos y los bancos, cerrados.

El año pasado, hizo acopio de cinco corderos para la ocasión, pero esta vez «no creo que pueda comprar uno para ofrecerlo en sacrificio», lamenta.

«Los precios son demasiado altos. Los comerciantes dicen que están arriesgando la vida al salir a la calle», se queja por su parte Shakeel Bhat, que ha hecho 10 kilómetros a pie para llegar al mercado de Srinagar.

La situación contrasta con la promesa del primer ministro indio, el nacionalista Narendra Modi, quien aseguró que los musulmanes, mayoría en Cachemira, podrían celebrar sin dificultades Aíd el lunes, justo una semana después de la revocación de la autonomía institucional de esta región y la entrada en vigor de un toque de queda.

«Una injerencia en nuestra religión»

Miles de corderos y cabras son sacrificados cada año en Cachemira con motivo de esta importante fiesta musulmana, para a continuación distribuir la carne entre familiares, huérfanos y personas sin recursos.

Sin embargo, este año podría no ocurrir, ya que las autoridades indias, apoyadas por fuerzas paramilitares, han impuesto estrictas mediadas de seguridad que incluyen la prohibición de grandes concentraciones.

Los comerciantes tampoco esconden su frustración.

Shamsher Khan y sus dos hermanos, pertenecientes a la comunidad nómada de Cachemira, crían corderos y cabras a lo largo de todo el año para venderlos en Aíd. Este año, tras caminar 250 kilómetros con su tropa de 150 animales hasta llegar al distrito de Reasi, en Srinagar, las ventas están siendo decepcionantes: «La gente no tiene efectivo y la situación es tan complicada que nadie se atreve a salir de casa» para ir al mercado, se queja.

«Nuestra única fuente de ingresos es en esta ocasión (en Aíd), cuando vendemos nuestra manada y ganamos el dinero para cubrir nuestras necesidades todo el año», arguye Khan.

Y eso, cuando el jefe del gobierno indio Narendra Modi prometió que el fin de la autonomía de Cachemira no solo permitiría erradicar el terrorismo y el separatismo, sino que además favorecería el desarrollo económico.

Shuja Rasool, habitante de esta región himalaya, está furioso. Las medidas adoptadas por Nueva Delhi constituyen una «injerencia en nuestra religión», considera.

Después de 32 años cumpliendo con la tradición, este año no ha conseguido el dinero necesario para comprar el animal para sacrificarlo.

«No tenemos libertad para practicar nuestra religión, y eso me entristece», afirma.

«Cuando (Narendra Modi) levante el toque de queda, nos sacrificaremos a nosotros mismos. De la misma forma que sacrificamos cabras por Aíd, sacrificaremos nuestras propias vidas por nuestra nación», exclama por su parte otro comerciante.

(Con información de AFP)

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