Seis muertos al recrudecer protestas en el sur de Irak
La desobediencia civil aumenta frente a un poder intransigente hacia el más importante movimiento de protesta en el país
Seis manifestantes murieron el domingo en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad en el sur de Irak, donde la desobediencia civil aumenta frente a un poder intransigente hacia el más importante movimiento de protesta de la historia reciente del país.
Fuentes médicas reportaron temprano tres muertes en la ciudad de Nasiriya, en la provincia de Di Car; y la comisión gubernamental de derechos humanos informó de tres fallecidos cerca del puerto de Um Kasar, en la vecina provincia petrolera de Basora.
Unos 50 manifestantes resultaron heridos en estos altercados, que duraron toda la noche y se prolongaron hasta la madrugada, añadieron estas fuentes.
Un anuncio gubernamental desató este domingo las protestas: el ministerio de Educación había decretado que este primer día laboral de la semana en Irak tenía que poner fin al cierre de casi un mes de las escuelas en numerosas ciudades del sur.
«Las amenazas de los dirigentes no nos dan miedo. Pueden cortar los salarios, todos nuestros salarios juntos no pesan nada frente a una gota de sangre de todos los que cayeron manifestándose», declaró Salem Hasan en Amara (sur)
Irak vive desde hace casi dos meses su crisis social más mortífera, con casi 350 muertos, la gran mayoría manifestantes.
«Barbarie»
Los manifestantes reclaman un nuevo sistema político y la renovación completa de una clase dirigente que consideran corrupta e incompetente.
«No podemos permanecer en silencio ante la barbarie de los dirigentes y el tiempo que toman para satisfacer nuestras reivindicaciones», agregó Salem.
A la hora de la apertura de clases, el domingo por la mañana en Nasiriya, ninguna escuela había abierto, al igual que en Hilla, Diwaniya, Nayaf, Kut, Amara et Basora, constataron corresponsales de la AFP.
Nasiriya, epicentro de las protestas en el sur chiita, estaba además dividida en dos ya que los manifestantes quemaban neumáticos en los cincos puentes que cruzan el Éufrates, el río que la atraviesa, según informó un corresponsal de la AFP.
También bloqueaban el acceso a la sucursal local de la empresa estatal de petróleo y a un campo petrolífero cercano a la ciudad.
La mayoría de las instituciones públicas en el sur seguían bloqueadas por los manifestantes que desde hace varias semanas colocaron en las puertas y muros carteles que proclamaban: «Cerrado por orden del pueblo».
En Basora los principales carreteras estaban también bloqueadas, pese a las tentativas de dispersión con balas reales, según un corresponsal de la AFP, incluida la ruta que conduce a Um Kasar, vital para las importantes iraquíes.
También estallaron enfrentamientos en la noche en la ciudad santa chiita de Kerbala, al sur de Bagdad.
Uno de los manifestantes, con el rostro cubierto por un pañuelo negro, dijo movilizarse para logar «la caída del gobierno corrupto», en uno de los países más ricos del mundo en petróleo.
«No nos moveremos de aquí»
Desde el 1 de octubre, Irak, segundo productor de petróleo de la OPEP, vive su primer movimiento de protesta espontáneo desde la caída en 2003 del dictador Sadam Husein.
Su principal punto de concentración es la plaza Tahrir de Bagdad, vecina de puentes y calles comerciales convertidas en campo de batalla en el corazón de la segunda capital más poblada del mundo árabe, donde diez manifestantes murieron en los últimos tres días.
«No nos moveremos de aquí. ¡Basta, es necesario que (las autoridades) dejen sus sillas!», advirtió este domingo un manifestante en la emblemática plaza.
Los iraquíes reclaman empleos para los jóvenes –uno de cada cuatro está desempleado– y una mejora en las condiciones de vida 20% de la población que vive bajo el umbral de la pobreza.
El gobierno sólo propone reformas al margen, una nueva ley electoral y una reorganización ministerial parcial, que podría ser sólo una forma de mitigar las protestas sin cambiar la cara del poder, según los analistas.
(Con información de AFP)
