Repartidores de alimentos en moto, a huelga en Brasil
Demandan condiciones de trabajo que garanticen su salud y su integridad, en medio de la pandemia de Covid-19 y la inseguridad
Brasilia, Brasil. Entregadores de aplicativos en motocicletas de todo Brasil protagonizaran una segunda huelga para exigir condiciones mínimas de trabajo, en medio de la pandemia de Covid-19.
Los organizadores de la inacción indicaron que los repartidores de alimentos comunicaron que este paro será más efectivo que el anterior (1 de julio) y se continuará con las demandas de poner fin a los bloqueos injustos de entrega (actualmente alrededor de dos reales -0.37 centavos de dólar- por kilómetro), y exigir que se disponga de un canal de defensa.
De igual manera solicitan que se establezca un seguro contra robos y hurtos, otro de accidentes y vida, y se instale una base de apoyo para el descanso y la alimentación.
En medio de un peligroso escenario por el nuevo coronavirus, estos trabajadores se arriesgan diariamente sin artículos básicos para enfrentar el patógeno como gel de alcohol, mascarillas faciales, entre otros.
La movilización es una respuesta al silencio de operadores como Rappi, Ifood, Loggi, Uber Eats y otros, que no han negociado hasta ahora ninguna de las demandas, denunció Diógenes Silva de Souza, uno de los organizadores del llamado Breque dos Apps (Freno de los Apps).
Según Silva de Souza, las empresas se han limitado a comunicar, a través de la prensa, que están garantizando los equipos de seguridad.
‘Publicaron un comunicado diciendo que suministran gel y máscaras de alcohol, y que ayudan al motoboy (joven de la moto), pero eso no es lo que vemos en la calle’, indicó.
Explicó que el aumento del valor por kilómetro recorrido, el fin de los bloqueos indebidos y el derecho a la defensa del trabajador no ha sido citado o al menos puesto en agenda para ser negociado.
Los operadores de aplicativos, en nombre de la modernización y la prestación de servicios, crearon nuevos sistemas de entrega, aumentando la gama de opciones para los clientes.
Si, por un lado, el consumidor tiene más comodidad, por otro lado, el precio lo pagan los trabajadores.
Bajo la falacia del ‘espíritu empresarial’, cada vez más repartidores se encuentran sin las condiciones mínimas de trabajo.
(Con información de Prensa Latina)