Pobres, víctimas del injusto sistema financiero global
Urgen sistemas alimentarios y educativos transformados, empleos bien pagados y mayor protección social para 700 millones de pobres
Naciones Unidas. El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, urgió hoy a acabar con la pobreza como un desafío de las generaciones actuales.
En su mensaje a propósito del Día Internacional para erradicar la pobreza, el titular convocó a renovar el compromiso para terminar con ese flagelo que afecta a casi 700 millones de personas, quienes sobreviven y viven con menos de 2.15 dólares al día.
«En nuestro mundo de abundancia, la pobreza no debería tener hogar», agregó el máximo responsable de la ONU.
Los conflictos, la crisis climática, la discriminación y la exclusión, especialmente contra mujeres y niñas, profundizan la angustia, a lo que se suma un sistema financiero global obsoleto, disfuncional e injusto, insistió.
Al ritmo actual, cerca de 500 millones de personas seguirán viviendo en la pobreza extrema en 2030, lamentó Guterres.
El titular del organismo consideró este como «un desafío que podemos ganar».
En septiembre, los líderes mundiales reconocieron la necesidad de reformar la arquitectura financiera internacional y se comprometieron con un plan audaz para rescatar la Agenda 2030 y acelerar los esfuerzos para erradicar la pobreza en todas partes, dijo.
El compromiso incluye el apoyo a un estímulo para los Objetivos de Desarrollo Sostenible de al menos 500 mil millones de dólares por año en financiamiento para inversiones para lograrlo.
Los líderes también acordaron medidas específicas destinadas a aliviar la pobreza y el sufrimiento de todas las personas, desde sistemas alimentarios y educativos transformados hasta empleos decentes y una mayor protección social, añadió.
Este año el Día Internacional tiene como tema Trabajo decente y protección social para poner en marcha la dignidad, con un llamado al acceso universal a estos para defender la dignidad humana.
Aún cuando la ONU asegura que la pobreza extrema ha experimentado un notable descenso en las últimas décadas, a finales de 2022 más del ocho por ciento de la población mundial padecía ese flagelo.
Otras estimaciones vaticinan que 575 millones de personas, el siete por ciento de los habitantes del planeta, podrían verse atrapadas en esa situación para finales de 2030.
(Con información de Prensa Latina)